La mayoría de los instrumentos de viento de Corea se hacen de bambú. De acuerdo a la variedad del bambú y del procedimiento utilizado para fabricar el instrumento, se obtienen distintas tonalidades de sonido. Las cañas de bambú poseen nódulos y a veces aparecen surcos verticales entre nudo y nudo. Las flautas daegeum se hacen con bambúes que presentan dos surcos, a uno y otro lado de la caña. Otra característica del daegeum es que tiene un orificio extra. Se llama “cheonggong” y está ubicado cerca de la boquilla del instrumento. La particularidad de este orificio es que se lo recubre con una fina película o lámina que se extrae de los juncos. Esta película produce el característico sonido vibrátil del daegeum. A los que están familiarizados con el sonido cristalino de las flautas occidentales, quizás la vibración del daegeum les resulte desagradable, pero es precisamente ese sonido vibrátil del agujero “cheonggong” lo que hace tan único al daegeum. Hoy empezaremos escuchando un solo para daegeum que se llama “Cheongseonggok”. 

“Cheongseonggok” - Kim Jeong Seung en el daegeum y Kim Tek Su en el piano

No se puede hablar de la historia del daegeum sin mencionar a los maestros Jeong Yak Dae y Park Jong Ki. El primero de ellos, Jeong Yak Dae, fue un músico de la corte a fines de la dinastía Joseon. Solía subir todos los días al monte Inwangsan, en las inmediaciones del palacio real, para practicar con el daegeum. Se cuenta que solía poner un grano de arena en su zapato de madera cada vez que terminaba de tocar una pieza llamada “Dodeuri” y que solo bajaba de la montaña cuando el calzado se llenaba de arena. Tocar la pieza de principio a fin demanda de seis a siete minutos, así que debió quedarse tocando todo el día para poder llenar su zapato de arena. Dicen que practicó de este modo durante diez años y que el Cielo se conmovió tanto con la dedicación del músico que un día brotó una planta de la arena de su zapato. La segunda pieza que escucharemos hoy es precisamente “Dodeuri”. Puede que les parezca algo aburrida para los que la escuchan por primera vez, pues no tiene partes culminantes como la pieza “Cheongseonggok” que acabamos de escuchar, ni los ritmos elaborados de las piezas de improvisación sanjo. Sin embargo, si se dejan llevar por su suave melodía, se sentirán más relajados y podrán conectarse con la esencia del instrumento. Seguramente fue por esta razón que Jeong Yak Dae practicó tanto con este tema. 

“Dodeuri” - Jo Chang Hoon

La música coreana tradicional se divide a grandes rasgos en música cortesana o “jeong-ak” y música folklórica o “minsok-ak”. La música jeong-ak era disfrutada por la clase noble o yangban y, como tal, era una música muy sobria y refrenada. En cambio, la música folklórica que disfrutaba el pueblo común se caracteriza por la intensidad de las emociones que transmite, sean de tristeza o de alegría. Park Jong Ki, el otro pilar de la historia del daegeum, no fue un músico cortesano sino un músico popular. Nació en la isla de Jindo, en Jeolla del Sur, en el seno de una familia de artistas. Además de ser un gran músico, fue un hijo sumamente devoto. Dicen que cuidó de su padre alimentándolo incluso con la carne de sus muslos y que tocó el daegeum todos los días en la tumba de su madre cuando ella murió. Park Jong Ki es el creador del sanjo de daegeum, que es un solo instrumental de estilo libre para daegeum. El sanjo comienza en general muy lento y se va haciendo gradualmente más rápido, dando rienda suelta a un amplia gama de sentimientos. Hoy escucharemos la parte del ritmo jajinmori, que puede equipararse con el allegro de la música occidental.

“Sanjo de daegeum de Park Jong Ki” - Kim Hui Gon