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Cultura

El garrote de los dokkaebi

2021-07-27

ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Hace mucho pero mucho tiempo, vivían dos hermanos. El menor era bueno como el pan, pero el mayor era egoísta y codicioso.


El mayor echó de la casa a sus padres y al menor, quien tuvo que trabajar duro para mantener a su madre que se quedó viuda.


ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Un día el hermano menor fue al monte a hacer leña y recogió los frutos caídos de un avellano a cuya sombra se puso a descansar. Cuando iba a bajar del monte, se desató una tormenta.


-Oh, allí hay una casa. Me refugiaré dentro.


Al caer la tarde, empezó a oír unos ruidos raros en el patio. 


-Do~kkaebi, do~kkaebi, kkaebi kkaebi, dokkaebi~ ¡Costillas de cerdo! ¡Tuktak!


ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Cada vez que los duendes cantaban y golpeaban el suelo con sus garrotes, la mesa de llenaba de deliciosos manjares.


Al ver tanta comida, al hermano menor le dio hambre, así que sacó una de las avellanas del bolsillo y se la metió en la boca. 


El crujido atrajo la atención de los duendes. Si lo descubrían en el desván, sería su perdición. Entonces se acordó de que su madre le había dicho que los dokkaebi desaparecían con el canto del primer gallo, así que se puso a imitar a esta ave.


ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Asustados por el canto del gallo, los dokkaebi se marcharon, pero se dejaron olvidado un garrote, que el hermano menor se llevó a su casa.


Después de contarle a su madre lo que le había ocurrido, golpeó el garrote contra el suelo pidiendo un deseo tras otro. 


Desde ese día vivieron en una casa grande como un palacio y no les faltó la comida.


ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Al enterarse de lo que ocurrido, el hermano mayor se escondió en el desván de la casa abandonada a esperar a los dokkaebi. 


Cuando estos llegaron al caer la tarde y comenzaron a celebrar su banquete, se puso a imitar el canto del gallo como le había dicho su hermano.


-¡Es el mismo bribón de la otra vez que se robó nuestro garrote!


Los dokkaebi se le abalanzaron encima y lo molieron a golpes hasta la madrugada.


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Cuando los dokkaebi se marcharon, el hermano mayor volvió a su casa llorando.


Arrepintiéndose de sus maldades, se disculpó con el menor. La familia volvió a reunirse y vivieron felices y en armonía el resto de sus vidas. 

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