ⓒ YEOWON MEDIA HANKOOK GARDNER CO. LTD

Esta es la historia de un hombre noble que tuvo una experiencia increíble cuando estaba de viaje a Hanyang -como se llamaba antes Seúl- para dar el examen de funcionario del gobierno. Se llamaba Lee. Era bien parecido, inteligente y de buen carácter, pero también muy miedoso. Sin embargo, muy a su pesar, tuvo una experiencia aterradora mientras atravesaba una montaña.

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De pronto escuchó a lo lejos el rugido de un tigre.

Lee se acercó con cuidado hacia donde sonaban los lamentos del felino. Cuando llegó al lugar, se tapó la boca del susto. Un tigre enorme como una casa se había caído en un hoyo y no podía salir.

-Por favor, señor, sáqueme de aquí. ¡Se lo ruego!

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Lee miró a su alrededor y descubrió un árbol caído, que arrastró hasta el hoyo y dejó caer adentro. Aferrándose al tronco con sus garras, el tigre salió del hoyo a duras penas.

-Después de tres días sin comer nada, me muero de hambre. Lo siento, pero no tengo más remedio que devorarte. 

-¿Qué dices? ¡Juraste que no me harías daño! ¡No es justo! ¿Qué te parece si le pedimos a algún otro que dirima la cuestión?

-Me parece bien. Te doy tres oportunidades. Si alguno te da la razón de tres seres a los que les preguntes su parecer, te dejaré ir.

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-Los humanos son todo malvados –dijo el árbol.

-Pienso que el tigre tiene razón –opinó el buey.

Con el corazón en un puño porque era su última oportunidad, Lee se dirigió a una liebre y le explicó lo que había ocurrido. 

-Para dar mi veredicto, necesito conocer la situación en todos sus detalles. ¿Dónde está el hoyo en el que estaba el tigre?

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-¿Estuviste atrapado en ese hoyo sin poder salir, tigre?

-Claro que sí. Estuve tres días allí adentro.

-Necesito formarme una idea clara de la situación. ¿Puedes mostrarme cómo te caíste al hoyo? 

-¿Lo ves ahora? Así fue como me caí.

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-Bueno, ahora es tu turno, ser humano. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a salvar al tigre o vas a seguir tu camino?

-Por supuesto que voy a seguir mi camino, puesto que si lo salvo, me va a comer. No pienso repetir mi error de antes.

-¡Eh, un momento! ¡No se vayan! ¡Por favor, sáquenme de aquí! 

¿Verdad que el veredicto de la liebre fue sabio y ejemplar? Aquel que traiciona a quien lo ayudó en un momento de dificultad merece quedarse para siempre en esa mala situación.