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La anciana miraba en todas partes buscando papel de desecho. Aunque fuese un papel que no pesara nada, a sus ojos tenía un peso considerable, por eso arqueaba aún más la espalda y miraba el suelo con detenimiento. 

Cuanto más hacía esto, menos miraba el cielo. Un buen día olvidó por completo cómo era el cielo y cómo flotaban las nubes en él.  

Un día May le entregó un bloc de dibujo usado. Cuando la anciana lo abrió, se le escapó una exclamación de asombro. La niña había dibujado un hermoso universo tachonado de estrellas, la Tierra redonda y algo abollada, Saturno con sus anillos, Júpiter enorme y de color dorado, el sol rojizo y llameante, y hasta una nave espacial con forma de seta navegando entre los planetas.

“¡Hace cuánto que no veo el cielo! ¿Cuándo vi las estrellas por última vez? ¿Y la luna?”, murmuró la anciana, elevando los ojos. 

El cielo estaba gris, como si fuera a llover.

그 날은 메이가 다 쓴 스케치북을 가져왔는데요,

할머니는 그림을 보다가 탄성을 질렀습니다.

약간 찌그러진 둥그스름한 지구에

아름다운 테를 두른 토성,

몸빛이 황갈색으로 빛나는 울퉁불퉁한 목성,

붉은 빛이 뿜어져 나오는 태양,

그리고 그 주위를 돌고 있는 버섯 모양의 우주선까지

찬란하게 아름다운 우주의 모습이었습니다.

“하늘은 본 게 언제였더라? 별을 본 게 언제였지? 달을 본 건...” 

할머니는 중얼거리며 하늘을 올려다 보았습니다.

하늘은 비가 올 듯 회색빛이었습니다.

Entrevista al profesor de literatura coreana Bang Min Ho de la Universidad Nacional de Seúl:

La anciana estaba cansada de la larga y dura vida que había tenido. Se mantenía a duras penas recogiendo papel, con la vista siempre fija en el suelo, pero volvió a contemplar el cielo gracias al dibujo de May. Esto es lo que hace esta historia tan especial. Vivimos tan ocupados, que no solemos alzar los ojos para mirar el cielo. Pero si lo hiciéramos, podríamos ver nuestra vida desde una perspectiva totalmente diferente: la del universo.  

Pasaron los años. La anciana de los cartones seguía recogiendo papel de desecho, pero ya no estaba sola. Andaba siempre acompañada de la mujer del tumor en el ojo. Por las noches, las dos compartían un cuenco de arroz caliente y también un té de jengibre.

Contemplando el dibujo del universo que tenía en la pared, a veces se le ocurría lo siguiente a la anciana de los cartones: “¿No será aquí el Hotel Universo? Ya que descansamos aquí de nuestros viajes, este es el centro del universo.”

여러 계절이 왔다가 가고, 다시 왔다가 갔단다.

종이 할머니는 여전히 폐지를 모았어.

그렇지만 이제는 혼자가 아니야.

눈에 혹이 난 할머니와 같이 주웠어.

그리고 저녁이 되면 따뜻한 밥도 같이 먹고, 생강차도 나누어 마셨지.

종이 할머니는 벽에 붙여 놓은 우주 그림을 보며,

잠깐잠깐 이런 생각에 빠졌단다.

‘여기가 우주 호텔이 아닌가?

 여행을 하다가 잠시 이렇게 쉬어 가는 곳이니...

 여기가 바로 우주의 한 가운데지’

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Yun Sun Hui nació en Seúl en 1969. Debutó como escritora de historias infantiles en 2006 con la novela “La casa de Sunhee”.