Al comenzar el año 1960, toda la atención de la ciudadanía se centraba en las elecciones que se celebrarían el 15 de marzo para elegir al cuarto presidente y al quinto vicepresidente del país. Sin embargo, un mes antes de las elecciones, falleció de un ataque cardíaco el candidato de la oposición. Al hacerse patente que Rhee Syngman sería reelegido como presidente, la atención de todos se centró en el vicepresidente, pues sería quien reemplazaría a Rhee Syngman en el caso de que éste falleciera durante su mandato, lo cual no era improbable, ya que tenía 85 años. Sin embargo, la gente estaba disgustada por el largo y tiránico mandato de Rhee Syngman, la corrupción rampante de su administración, la reducción de la ayuda estadounidense y el creciente aumento del desempleo. Sintiéndose arrinconado, el partido oficialista acudió a maniobras deshonestas, tales como incluir a personas fallecidas en la lista de votantes y comprar los votos con dinero. En este contexto se realizó el sufragio. El presidente Rhee Syngman resultó electo con un 86% de los votos y el vicepresidente Lee Ki Boong con un 74%. Sin embargo, nadie aceptó estos resultados, por la manipulación. Las protestas comenzaron en Masan, en la provincia de Gyeongsang del Sur, donde era más nutrido el apoyo a la oposición. A las 6:30 de la tarde del 15 de marzo, mientras se realizaba el recuento de la votación, los ciudadanos se agolparon en la alcaldía, pues había cundido el rumor de que se estaban amañando los votos. La policía antidisturbios respondió lanzando granadas de gas y disparando balas contra la multitud. Debido a la fuerte represión del gobierno contra los manifestantes, las protestas parecieron acallarse. Sin embargo, el 11 de abril apareció un cuerpo en las costas de Masan con una granada lacrimógena incrustada en un ojo. Pertenecía a un chico de quince años que había desaparecido en las manifestaciones del 15 de marzo. Los estudiantes rehusaron ir a clase y se lanzaron a las calles, y a ellos se sumaron miles de ciudadanos: Había comenzado la Revolución del 19 de abril en todo el país. En las manifestaciones de ese día murieron unas 180 personas, en su mayoría estudiantes, y fueron heridas otras 6.000. El gobierno de Rhee Syngman declaró el estado de sitio en Seúl y todas las ciudades del país. Sin embargo, la llama de la revolución no se apagó. El 25 de abril los docentes universitarios emitieron una declaración deplorando el estado reinante y se colocaron a la cabeza de las protestas, que continuaron hasta la madrugada del día siguiente. Unas horas después, el presidente Rhee Syngman hizo pública su renuncia. La Revolución del 19 de abril imprimió un gran dinamismo a la sociedad coreana. Gracias a la experiencia de la revolución de abril, los coreanos aprendieron a resistir y a expresar su opinión ante las situaciones de injusticia, y eso insufló dinamismo a la sociedad. Nadie creía que pudiera existir un poder suficiente como para desplazar del poder a Rhee Syngman, presidente fundador de la República de Corea. Sin embargo, los ciudadanos se levantaron y explotaron con más fuerza de lo que nunca imaginó nadie. La Revolución del 19 de abril demostró que el pueblo poseía una tremenda energía, incluso de capaz cambiar los cimientos sociales.