El 13 de noviembre de 1970 un joven cortador de telas de 22 años llamado Jeon Tae Il se inmoló a lo bonzo, para exigir mejoras en las condiciones laborales del Mercado Pyeonghwa. Jeon Tae Il nació el 6 de agosto de 1948 en Daegu en el seno de una familia humilde. Su padre trabajaba en una fábrica de costura, pero cayó en la ruina y Jeon Tae Il tuvo que dejar la escuela a los once años para ganar dinero y ayudar a mantener la familia. Hizo toda clase de trabajos, desde vender periódicos y ser limpiabotas hasta mendigar en la calle. Cuando tenía solo 16 años, entró a trabajar como aprendiz en la fábrica de costura del Mercado Pyeonghwa. Entonces el área de Cheonggyecheon, donde se encuentra el mercado, estaba repleta de pequeñas fábricas de confección. Solo en el primer y segundo piso del Mercado Pyeonghwa había más de 500 pequeños talleres de costura. Naturalmente, las condiciones de trabajo eran lamentables. En primer lugar, como faltaba espacio, el piso había sido dividido en dos alturas, así que sólo se podía trabajar sentado. En segundo lugar, no había ventilación, así que el aire estaba siempre viciado, por el polvo y la pelusa. Por esta razón, la mayoría de los trabajadores sufría de problemas respiratorios. En tercer lugar, la jornada de trabajo era demasiado larga. La gente llegaba a trabajar a las 7 de la mañana y no se iba a su casa hasta las 11 de la noche, pero cuando había mucho trabajo, tenían que quedarse hasta la mañana siguiente. A mediados de la década de los 60, en los talleres del Mercado Pyeonghwa trabajaban unos 20.000 obreros, y en su mayoría eran chicas menores de 15 años. Como la gran mayoría, Jeon Tae Il no sabía que en Corea existía una ley de estándares de trabajo. Cuando se enteró por casualidad de esta ley en 1968, pensó que los trabajadores debían organizarse para cambiar las condiciones de trabajo. Con la ayuda de amigos y colegas, elaboró un documento que reflejaba las condiciones laborales de la zona y envió una petición de mejoras al organismo gubernamental competente. Esa petición logró captar la atención de los medios y la opinión pública, pero no modificó las condiciones de trabajo del mercado Pyeonghwa. Frustrado al ver que ni el gobierno ni los empleadores cumplían el código laboral, decidió llevar a cabo un acto simbólico de protesta quemando la Ley de Estándares de Trabajo el 13 de noviembre de 1970, pero junto a la ley, Jeon Tae Il se roció con gasolina y prendió fuego a su cuerpo. La desesperada muerte de este joven obrero produjo un fuerte impacto en la sociedad coreana y comenzaron a salir a la luz los aspectos sombríos del rápido desarrollo, por lo que el movimiento obrero obtuvo un fuerte impulso. La muerte de Jeon Tae Il forzó a la sociedad a reflexionar y a analizar las causas estructurales del incidente. Sacó a la luz el hecho de que al tiempo que el país se proclamaba como democrático, existían prácticas que no lo eran en absoluto. En este sentido, se puede decir que Jeon Tae Il contribuyó enormemente a mejorar tanto los derechos obreros como la democracia del país.