El 17 de octubre de 1972 fue declarado estado el estado de sitio en toda la República de Corea. Ese mismo día el presidente Park Chung-hee dirigió un mensaje a la ciudadanía sosteniendo que era necesario realizar una reforma constitucional para asegurar el futuro del país. Así comenzó el llamado régimen Yushin, en el que una férrea dictadura controlaba cualquier aspecto de la vida ciudadana. En este ambiente pesado y sombrío floreció la cultura joven, siempre anhelante de libertad, gestada en las zonas universitarias de las ciudades. Los pantalones jeans, el pelo largo y la guitarra acústica fueron símbolos de la rebeldía de los jóvenes. Los vaqueros eran un símbolo de desafío, espíritu pionero, innovación y logro en EE.UU., por eso los jóvenes de Corea y de todo el mundo los adoptaron como símbolo de juventud y de libertad. La guitarra acústica era también muy popular en aquellos años. Como era fácil de transportar y permitía tocar al tiempo que cantar, era el instrumento preferido de los cantautores. Durante el período Yushin estaba prohibido que los varones llevaran el pelo largo, pues el régimen militar y dictatorial promovía el cabello corto y los uniformes. Desde la perspectiva tradicional y conservadora, que los hombres se dejaran el pelo largo iba en contra del orden y el decoro. Para los jóvenes, en cambio, llevar el pelo largo era una expresión de libertad y estilo personal; pero era mucho más que una cuestión de moda o de apariencia. Fue todo un símbolo entre los que defendían el orden y el statu quo, y la generación joven que perseguía el cambio y la libertad. Pero al tiempo que los jóvenes se obstinaban por llevar el pelo largo, entre las mujeres jóvenes se puso de moda la minifalda. Sin embargo, considerando que estas expresiones juveniles perturbaban el orden social y moral y dañaban la identidad del país, el gobierno se abocó a perseguir y reprimir estas manifestaciones. A diferencia de los cantantes de la generación anterior que actuaban acompañados de una banda musical, los jóvenes de los años 70 cantaban, mientras tocaban la guitarra, temas sobre acerca de la libertad, la pasión y el amor. La música se convirtió en el refugio y consuelo de los jóvenes para transitar esos años sombríos. A medida que estas canciones se extendieron entre los jóvenes y la sociedad, el gobierno consideró que eran expresiones de rebeldía contra del orden y la moral, y comenzó a prohibir esas canciones. Pero posteriormente, esos mismos jóvenes comenzaron a afirmar que los jeans, el pelo largo y la música pop eran expresiones culturales importadas de Occidente y que no tenían nada ver con la identidad coreana, así que se pusieron a buscar y a redescubrir la cultura tradicional autóctona. Fue entonces cuando aparecieron los clubes de danza de máscaras en las universidades, y cuando los estudiantes crearon bandas de música rural, y recorrieron todo el país grabando canciones de trabajo. Estos esfuerzos fructificaron en la década siguiente, de los años 80, con el renacer de la cultura tradicional. En resumen, se pueden identificar dos tendencias definidas en los años 70: una que hace suya la cultura occidental, y otra que descubre y continúa la cultura autóctona coreana.
