El 22 de diciembre de 1977 se llevó a cabo un gran acto en Seúl para celebrar el haber alcanzado los 10.000 millones de dólares en exportaciones, en gran parte debido a las plantas industriales, maquinarias, barcos y otros productos de industria pesada. Cuando comenzó el plan desarrollo quinquenal en 1962, las exportaciones solamente sumaban solamente 52 millones de dólares. Dos años más tarde registraron 100 millones de dólares, y seis años más tarde, en 1970, 1.000 millones de dólares. Las exportaciones fueron el motor del crecimiento económico de Corea desde los años 60 hasta principios de los 70. Como Corea carecía de tecnología, capital y materias primas, se apoyó en el sector manufacturero, que tan solo precisaba de mano de obra intensiva. Los productos de exportación más importantes fueron los textiles, que ocupaban un 41%, y las pelucas, con un 10%. De este modo se logró un rápido desarrollo, con un índice de crecimiento económico medio próximo al 10% anual. Sin embargo, en 1971 el presidente Nixon de los EE.UU., suspendió la convertibilidad del dólar en oro y eso contrajo el comercio global. Eso fue un gran golpe para Corea, que dependía de las exportaciones y producía productos de industria ligera sin mucha competitividad, y únicamente basados en mano de obra barata. Asimismo, el presidente Nixon anunció la retirada de las tropas estadounidenses de Corea. Viéndose en la necesidad de impulsar las industrias relacionadas con Defensa, Corea decidió impulsar el sector de la industria pesada. El gobierno se abocó entonces a invertir en seis áreas estratégicas, como son el acero, los metales no ferrosos, las maquinarias, los barcos, los productos electrónicos y los productos químicos. Sin embargo, en 1973 se desató la cuarta guerra árabe-israelí y el precio del crudo se disparó sin control. A pesar de estas duras condiciones, que hicieron que la mayoría de los países desarrollados registrara un crecimiento negativo, Corea siguió experimentando un crecimiento medio del 10%, gracias a que pudo introducirse en el mercado de Medio Oriente y fomentó la industria pesada. Así, las exportaciones crecieron vertiginosamente, y de los 69 artículos que exportaba Corea en 1973, pasaron a ser 1.200 en 1977. Este mismo año Corea alcanzó, cuatro años antes de lo previsto, la tan ansiada meta de los 10.000 millones de dólares en exportaciones y de 10.000 dólares en renta per cápita. El crecimiento económico cimentado por la industria pesada trajo importantes cambios en la vida diaria de los coreanos. Para empezar, al mejorar la economía familiar, se disparó el consumo de electrodomésticos en los hogares, en especial de televisores y frigoríficos. Por ejemplo, en 1964 había sólo 30.000 hogares con televisor, cifra que ascendió hasta 4 millones de hogares en 1979. Por otra parte, el mundo empezó a fijarse en este pequeño país. Los medios internacionales comenzaron a referirse al espectacular crecimiento económico de Corea como ‘Milagro del Río Han’, y a incluir a Corea entre los Cuatro Dragones o Tigres de Asia, junto a Singapur, Hong Kong y Taiwán. Por tanto, si Corea está hoy a la cabeza de la comunicación móvil, automóviles, petroquímica, construcciones navieras y productos electrónicos, es gracias a las industrias siderúrgica, metalúrgica y petroquímica, que fueron desarrolladas en los años 70.
