Corea produjo su primer automóvil en 1955. Desde entonces se hicieron muchos esfuerzos para poder fabricar todas las piezas en el país, pero incluso hasta bien entrados los años 60 la industria automotriz coreana consistía solo en el ensamblaje de los componentes. Recién a fines de los 60 comenzó a fabricar algunas piezas importantes, pero no se podía decir que tuviera tecnología propia. Fue a mediados de los 70, cuando Corea impulsó una política de desarrollo de la industria pesada, que se sentaron las bases para el crecimiento de la industria automotriz. El gobierno coreano anunció el plan de desarrollo de la industria de automotores en 1969. En la primera fase, de 1967 al 1969, se completaron las plantas de montaje. En la segunda parte, de 1970 a 1973, comenzó la producción de autopartes y se abrieron las fábricas de los motores y los chasis. La última fase, de 1973 a 1975, fue la fabricación de un modelo de automóvil nacional. El primer gran hito de la historia de la industria automovilística se produjo el 1 de diciembre de 1975, cuando Hyundai dio a conocer el Pony, el primer modelo coreano de automóvil. Esto convirtió a Corea en el segundo país de Asia después de Japón y el número 16 del mundo en fabricar su propio modelo de automóvil. Muy pronto la popularidad de Pony se extendió fuera de las fronteras del país. El primer país al que Corea exportó automóviles fue Ecuador y luego al continente africano. Otro sector que ayudó a que Corea expandiera su presencia en el mundo en los años 70 fue el de los constructores. Esta expansión de la construcción coreana en el exterior fue una consecuencia de la crisis del petróleo de 1973, cuando Corea se vio en grandes aprietos. Los precios al consumidor se dispararon y las reservas del tesoro público se agotaron. En 1974, al año siguiente del comienzo de la crisis del petróleo, el déficit de la balanza de pagos de Corea era de 1714 millones de dólares. De no cubrir ese déficit, el país podía caer en bancarrota. Entonces el gobierno y el sector de la construcción tornaron sus ojos hacia Medio Oriente. Debido al alto precio del crudo, el dinero afluía en abundancia a los países productores de petróleo de Oriente Medio, así que decidieron invertir en infraestructura, construyendo caminos, fábricas, puertos, etc. Así se produjo un boom de la construcción. Los países árabes tenían dinero, pero no fuerza de trabajo; y Corea tenía muchos trabajadores, pero no dinero, así que muchísimos coreanos fueron a trabajar a Oriente Medio. El primer proyecto importante en dicha región fue la construcción en 1973 de la autopista que une Alula y Khayba en Arabia Saudita. Las compañías constructoras coreanas se ocuparon de muchos e importantes proyectos en Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. Gracias a estas obras, Corea ganó 260 millones de dólares en 1974 y al año siguiente se triplicó esta cifra, alcanzando los 850 millones de dólares. La industria de la construcción coreana en el exterior cobró un nuevo impulso cuando Construcciónes Hyundai ganó la licitación para construir un puerto industrial en Jubail, Arabia Saudita. Esto significó un ingreso de 940 millones de dólares, que era entonces cerca del 25% del presupuesto anual del gobierno coreano. Las divisas ganadas en Oriente Medio fueron las que impulsaron las industrias pesadas, que fueron a su vez las que catapultaron el posterior y fenomenal desarrollo económico de Corea.