Un poco antes de las ruinas de Gojosen, un poco más al norte, se creó un nuevo país llamado Buyeo. Y tras la desaparición de Gojoseon, en esas tierras se crearon otras pequeñas naciones como Goguryeo, Dongye y Okjeo. Pero de todos ellos, el único que sobrevivió y que luego se convirtió en un gran imperio fue Goguryeo. Entonces, conviene saber quién fue su creador, ¿no les parece? Pero antes, les cuento cómo fue creado este reino que también parece más una leyenda que una historia real.

Para ello hay que remontarse a finales del período de Gojoseon. Al norte, había un pequeño país llamado Buyeo, bajo el dominio del rey Geumwa. Un día, el monarca salió a cazar animales y ahí conoció a una mujer muy muy bella. Al encontrarse con el rey le dijo que se llamaba Yoohwa, hija del Dios del agua. Le contó que se había casado con el hijo del Dios del cielo sin permiso de sus padres y estos la echaron de casa. Al rey Geumwa le dio mucha pena su historia y como ella no tenía a dónde ir, la llevó a su palacio. Poco tiempo después ella dio a luz, pero no un bebé, sino un huevo bastante grande. El rey no podía creer lo que veía y pensó que eso traería malos augurios, así que ordenó a sus servidores deshacerse del huevo. Así lo hicieron pero, para su sorpresa, los pájaros se acercaban para protegerlo con sus alas, y la cáscara era tan dura que ni varios hombres adultos juntos podían romperla. Como no sabían qué hacer con el huevo, el rey lo devolvió a su dueña, o sea a la madre. Ella lo conservo envuelto en una tela y, pasado un tiempo, de él salió un niño muy guapo y saludable con dones y habilidades muy especiales, ya que con tan solo 7 años, era capaz de fabricar sus propias flechas y, cada vez que lanzaba una, daba en el blanco sin errar en ninguna ocasión. Por su gran talento en tiro con arco, muchos lo llamaban Jumong y al hacerse mayor, conservó ese nombre.

El rey Geumwa tenía 7 hijos y Jumong convivió con ellos en palacio. Pero los príncipes tenían muchos celos de Jumong porque sobresalía en todo. Un día, el hijo mayor, el príncipe Daeso, le dijo a su padre que debía hacer algo con él, porque presentía que algo malo pasaría en el futuro. Pero su padre no le hizo caso, aunque ordenó a Jumong realizar duras tareas como cuidar a los caballos. Pero éste era mucho más inteligente de lo imaginado: A los mejores caballos les daba menos de comer para que aparentaran ser más débiles, y a los malos los alimentaba más y más para que mejorasen su apariencia. Sabía que así, el rey se quedaría con el caballo gordo y le dejaría usar el delgado. La vida de Jumong no parecía ir tan mal hasta que un día, los príncipes planearon asesinarlo, porque él era demasiado bueno en todo, desde montar en caballo y cazar animales, hasta muchas otras cosas, y tenían miedo de que se convirtiera en rey.

Pero la madre de Jumong descubrió el plan y le dijo a su hijo que se marchara si no quería morir. Así, que intentó escapó del palacio pero los príncipes trataron de impedirlo. Sobre un caballo, Jumong corrió y corrió pero el Ejército de los príncipes le seguía muy próximo. En esto, llegó frente a un río que no había manera de cruzar. Estaba tan desesperado que gritó hacia el cielo en voz alta, diciendo que era el nieto del Dios del agua y que necesitaba ayuda. En ese momento, aparecieron sobre el agua tortugas y peces, creando un puente para que pudiera escapar. Durante su largo viaje, Jumong hizo tres nuevos amigos, y con su ayuda -y la de una familia muy adinerada de aquella región- a la edad de 22 años, creó Goguryeo. Con el paso del tiempo, Goguryeo fue expandiendo su territorio apoderándose de otras pequeñas naciones de su alrededor, donde creó un castillo y una fortaleza, como un verdadero reino.

Jumong se casó con Soseono, la hija de una familia muy poderosa y adinerada, que le ayudó a crear Goguryeo. Pero él tenía en Buyeo a su primera mujer, que en ese entonces no pudo escapar junto él porque estaba embarazada. Después de consolidar el reinado de Goguryeo, su primera mujer y su hijo, Yuri, se fueron a vivir con Jumong. Éste nombró a su hijo heredero del trono y falleció a la edad de 40 años.