A finales de la dinastía Goryeo había una situación muy inestable, y quienes más sufrían eran los ciudadanos comunes y corrientes. No había un día en que pudieran estar tranquilos, dado que desde el norte, atacaban los turbantes rojos y desde el sur, los piratas japoneses invadían la península coreana cientos de veces al año. En particular, el mayor problema para Goryeo eran los nipones de las islas cercanas que venían a robar comida. Los piratas, a bordo de cientos de barcos, no solo atacaban los pueblos de la costa sino que llegaban hasta donde querían, a fin robar lo que podían y en muchos casos mataban a la gente que se oponía a esta ilícita actividad. Eran muy numerosos los piratas japoneses y además, venían en cientos de barcos por lo que era muy difícil evitar su invasión al territorio de Goryeo.

Uno de los lugares más afectados por los piratas nipones era la provincia de Gyeongsang del Norte, en donde nació y creció Choe Mu Seon. Al ver en persona las pérdidas y los maltratos que recibían sus vecinos, desde pequeño no dejó en pensar qué podía hacer para frenar esta cruel realidad. En especial, tenía mucho interés en guerras y armas y un día, de repente, se le ocurrió una idea… Si Goryeo tuviera pólvora, todo se arreglaría. Es decir, podía evitar las invasiones del enemigo. Es que en ese entonces, las armas de Goryeo eran espadas, flechas y lanzas, por lo que era prácticamente imposible atacar a los piratas que venían en barco.

Tanto Choe Mu Seon como todo Goryeo sabía del poder que tenía la pólvora, porque en ese entonces, ya estaba siendo utilizada en China, y Goryeo la había importado en algunas ocasiones. Si bien China vendía pequeñas cantidades a sus vecinos, no quería mostrar su método de fabricación. Por tanto, Choe Mu Seon empezó a buscar su método de fabricación por cuenta propia, recurriendo a libros e incluso comprando las materias primas para fabricarla de su bolsillo. El procedimiento no era extremadamente complejo pero requería mucho tiempo y dedicación, y además había algunas sustancias que no eran fáciles de conseguir.

Después de años y años de investigaciones y pruebas sin resultado alguno, finalmente en 1372 a Choe Mu Seon le llegó una excelente noticia. Estaba de visita en Goryeo un hombre que venía de China y decía saber como fabricar pólvora, o mejor dijo, el método de producción de uno de los materiales clave de la pólvora, que era el problema de su fracaso. Invitó a esa persona a su casa y le dio el mejor de los tratos, al tiempo de explicarle por qué necesitaba crear la pólvora. Parece que esta ansiedad por crear un arma que pudiera proteger a su pueblo emocionó y convenció al chino, porque éste le enseñó a fabricarla, y finalmente Choe Mu Seon logró con éxito desarrollar el primer explosivo de Goryeo.

Lo primero que hizo fue ir a ver al rey y a los miembros del gabinete. Pidió que creara una entidad gubernamental dedicada exclusivamente al desarrollo de armas, porque solo así podría frenar la invasión extranjera. Al principio, no le convencía mucho la idea, pero ante los constantes ataques de los piratas, al rey no le quedó otra que hacerle caso y así nació un grupo dedicado a crear de armas explosivas, que llegaban a casi 20 variedades, incluyendo cañones. Aunque a día de hoy puedan parecer armas anticuadas y poco novedosas, entonces estas creaciones eran toda una sorpresa, como un sueño hecho realidad, porque solo con lanzar varios explosivos podían matar a cientos de invasores en cuestión de minutos.

Pero Choe Mu Seon no se conformó con esas armas de fuego, sino que siguió trabajando para prevenir futuras guerras y enfrentamientos, y así, construyó un buque muy diferente a los barcos de guerra que había habido en Goryeo hasta entonces, y que portaba cañones, con lo que podía perseguir a los piratas incluso en el agua. Hasta entonces ningún otro país del mundo tenía buques con cañones. Además, formó un destacamento especial de 3.000 efectivos, y a bordo de 100 barcos equipados con armas de fuego, combatió a los piratas japoneses. El resultado fue una victoria aplastante y desde entonces los invasores extranjeros no aparecieron en las aguas coreanas por largo tiempo, y finalmente los ciudadanos pudieron recuperar la paz y la estabilidad de antes.

Choe Mu Seon murió en 1395 pero antes de fallecer, dejó un libro escrito en el que describía el método para fabricar armas de fuego y su experiencia en los diversos combates, para que las siguientes generaciones pudieran seguir defendiendo el territorio nacional. Posteriormente su hijo, Choe Hae San, quien heredó ese libro y también sus habilidades, siguió los pasos de su padre, siendo ambos reconocidos como unos de los científicos más representativos de la historia de Corea.