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Historia

Kim Man Deok dona todos sus bienes a la sociedad

2015-09-28

Kim Man Deok dona todos sus bienes a la sociedad
‘Soy hija de una familia de clase media así que le pido que me devuelva mi estatus social. No pertenezco a la clase de las gisaeng’. Se llamaban gisaeng a las mujeres similares a las geishas que servían a los hombres en establecimientos de bebidas alcohólicas. En fin, eso fue lo que le dijo esta mujer, llamada Kim Man Deok, al gobernador de Jeju, la isla del extremo sur de la península coreana. Al escuchar esta petición, el funcionario le preguntó por qué tenía esa profesión si pertenecía a la clase media; y ella le contestó que sus padres fallecieron cuando ella era muy pequeña, y fue una gisaeng quien la crió. Naturalmente, se quedó a vivir en ese lugar, y al convertirse en adulta comenzó a ejercer ese oficio, pues entonces, todo hijo debía seguir el estatus de sus padres. En caso de los hijos de las gisaeng, debían ser esclavos y las mujeres, pues mantenían el estatus de las madres.

Pero pasados los 20 años, Kim Man Deok quería tener su propia vida y finalmente, el gobernador de Jeju le otorgó el derecho que le correspondía. Pese a su joven edad, tenía algo de dinero porque trabajó desde pequeña, pues a diferencia de sus otras compañeras y mujeres de su edad, ahorró en comida, vestimenta y todo lo que podía y gracias a eso empezó a trabajar como comerciante. Entonces, la sociedad de Joseon cambiaba a gran velocidad. Uno de esos cambios era el desarrollo agrícola, que ayudó a que los campesinos tuvieran abundantes cosechas, en suficiente cantidad como para vender en el mercado. También empezaron a llegar de otros países nuevas hortalizas como batatas, papas, ajíes y tomates, lo que diversificó más la variedad de alimentos. El incremento de cultivo y entrada al país de nuevas especies ayudaron a que los ciudadanos lograsen riquezas y el comercio se hizo muy activo.

Kim Man Deok vivía en Jeju, isla en que la producción agrícola era muy limitada, pues la tierra no era muy fértil respecto a otras regiones de Joseon. Pero al ser un territorio rodeado por mar, tenía una abundante producción marítima. Así que empezó a vender pescados y mariscos en otras regiones de la península coreana, mientras que trajo a Jeju alimentos como sal y cereales, y otros artículos que no eran fáciles de conseguir en su pueblo. La actividad mercantil era muy activa y Kim Man Deok era una persona astuta, que sabía bien lo que debía vender en Jeju y otras zonas del país. Gracias a esta activa comercialización, empezó a ganar muchas riquezas, convirtiéndose en una de las personas más adineradas de su región. Pero en realidad, hasta tener éxito tuvo que atravesar muchas dificultades, porque en aquel entonces la gente no veía con buenos ojos las actividades económicas de las mujeres. Pero su esfuerzo valió la pena porque sin ayuda de su familia ni de parientes, logró ser una exitosa mercante. Pasó toda la vida trabajando y será por ello que nunca se casó.

La razón por la que Kim Man Deok es reconocida hasta el día de hoy no es solo por su éxito profesional, al superar todas las dificultades de la época, sino por su sacrificio y amor por su país y su gente. En 1795, Jeju sufrió la peor sequía de la historia y no había nada para comer. Peor aún, debido a un gran tifón, una tercera parte de sus residentes perdió la vida. Ante esta crítica situación, el entonces rey de Joseon envío 20.000 sacos de arroz a Jeju, pero durante la travesía se hundieron cinco de los 12 barcos que transportaba tal carga. Fue en ese entonces que Kim Man Deok decidió donar toda su fortuna a comprar alimentos que repartió entre los habitantes de la isla. Su donación fue mucho mayor que la cualquier otro acaudalado o funcionario de Joseon, lo que incluso conmovió al rey y, en reconocimiento, éste le preguntó cuál era su sueño, porque no podía otorgarle ningún puesto importante en el Gobierno, ya que al ser mujer estaba prohibido por ley. Para sorpresa de todos, Kim Man Deok solicitó hacer un viaje a Hanyang, la capital de Jeoseon para citarse con el rey, y por el monte Geumgang, actualmente Corea del Norte y lugar conocido por su hermoso paisaje. Aunque pudiera parecer insignificante el deseo, para ella era muy especial porque en aquellos tiempos, las mujeres de Jeju no podían salir de la isla y por tanto, no conocían ningún otro lugar. Tras ese inolvidable viaje, regresó a Jeju y murió a la edad de 74 en 1812.

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