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Historia

Han Yong Un clama por la independencia nacional en "El Silencio de Mi Amada"

2013-07-11

<strong>Han Yong Un</strong> clama por la independencia nacional en "El Silencio de Mi Amada"
Manhae Han Yong Un, un poeta que luchó por la independencia de Corea

Mi amada se ha ido
Ah, la persona que amo se ha ido
Por el camino angosto hacia el bosque de ácere, que se desprende de la montaña verde, mi amada se arrancó de mí.

- De "El Silencio de Mi Amada" de Han Yong Un-


El poeta Han Yong Un es bien conocido por su poema "El Silencio de Mi Amada." Es considerado un poeta moderno en la historia de la literatura coreana y uno de los literatos más representativos de la resistencia durante el periodo colonial japonés.

La obra maestra de Han, "El Silencio de Mi Amada", se incluye en su primera colección de 88 poemas, publicada bajo el mismo título en 1926. Es difícil especificar exactamente a qué se refiere "mi amada" en esta obra literaria. Pero a juzgar por el contexto histórico, se interpreta como “la patria del poeta”.

El poeta revolucionario, que vivió durante el periodo de la ocupación japonesa de Corea, expresaba en sus obras su ardiente deseo por la independencia de Corea. Siendo un monje budista, alzaba su voz para exigir la reforma de su religión y llevaba el seudónimo de “Manhae”, que significa “diez mil mares”. Vamos a explorar en profundidad la vida de este gran literato.

Liderar el movimiento independentista en representación del círculo budista

Han Yong Un nació en agosto de 1879 en Hongseong, provincia de Chungcheong del Sur. Durante su niñez y adolescencia, fue testigo de la revolución campesina Donghak y la lucha del ejército voluntario contra el feudalismo y la influencia extranjera. En 1896, en medio de ese turbulento periodo de la menguante dinastía Joseon, se fue a vivir al templo Oseam -en el monte Seorak, provincia de Gangwon- donde comenzó a practicar el ascetismo. Más tarde, se dirigió al templo de Baekdamsa en esa misma montaña para renunciar al mundo secular y convertirse en sacerdote budista.

Alrededor de 1910, la corrupción y las contradicciones campaban a sus anchas en la comunidad budista coreana. Han lamentaba la realidad deprimente y se preguntaba qué podía hacer para traer nuevos cambios. En su libro “La reforma del budismo en Joseon”, sugería acciones específicas para remediar la situación.

En 1918, Han empezó a publicar una revista budista llamada Yusim, con la que aspiraba a popularizar el budismo e inspirar la conciencia nacional entre los coreanos, en ese período oscuro de la historia de Corea bajo el dominio colonial japonés.

En 1919, Han impulsó con ahínco la realización del movimiento “Grito de la Independencia del 1 de Marzo” en representación de la comunidad budista, y como uno de los 33 firmantes de la Declaración de Independencia. Imprimía y distribuía copias de la declaración a los sacerdotes budistas, mientras preparaban la lucha por la emancipación.

Sin embargo, los 33 representantes del pueblo coreano presentes en la ceremonia de proclamación de la independencia el 1 de marzo fueron detenidos, incluyendo a Han. Pero pese a las condiciones adversas que le rodeaban en la cárcel, Han no perdió su dignidad en ningún momento.

Después de ser liberado de la cárcel el 21 de diciembre de 1921, Han Yong Un continuó participando en la lucha por la independencia nacional. A partir del año siguiente, apoyó una campaña nacional para alentar al público a comprar y utilizar productos de origen coreano. Asimismo, tomó la iniciativa en el establecimiento de facultades privadas para promover la educación.

Posteriormente, Han Yong Un formó una organización secreta anti-Japón llamada "Mandang" junto a unos 20 jóvenes budistas. El grupo liderado por Han, con sede en el templo Dasolsa en Sacheon, Gyeongsang del Sur, participaba activamente en los movimientos contra el imperialismo japonés. Por desgracia, la organización fue descubierta y disuelta por Japón a finales de 1938.

Dejó atrás este mundo sin ver la independencia nacional

En Seongbuk-dong, al norte de Seúl, hay una casa llamada Simujang, donde Han vivió los últimos diez años de su vida. Cuando empezó a construir la casa, la gente de los alrededores le aconsejó orientar la fachada hacia el sur, para que la vivienda fuera soleada y fresca. Pero él no les hizo caso sino que terminó edificando la casa con fachada hacia el noreste, porque odiaba ver el edificio del Gobierno General Japonés en Corea, que estaba situado al sur.

Han permaneció a la vanguardia del movimiento independentista incluso después de cumplir 60 años, encabezando la campaña nacional contra la adopción de nombre japonés en 1940 y dirigiendo el movimiento contra el reclutamiento de jóvenes coreanos como "soldados estudiantes" por Japón en 1943.

Han entró en el Nirvana el 29 de junio de 1944, a falta de un año hasta la independencia de Corea del imperialismo japonés, sin volver a ver a su "amada" que tanto añoraba.

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