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Historia

Shin Han Pyeong, un pintor que daba alma a sus cuadros a través del color

2013-10-10

<strong>Shin Han Pyeong,</strong> un pintor que daba alma a sus cuadros a través del color
Shin Han Pyeong, el padre de Shin Yun Bok

Los pintores de la corte real o “hwawon” de la dinastía Joseon pertenecían a la Oficina Real de Pintura. Allí, producían los grabados o ilustraciones necesarias para la elaboración de registros y documentos reales.
Uno de los pintores de la corte fue Shin Yun Bok, conocido por sus destacadas obras tales como "Retrato de Una Bella" y "Libro de Pinturas de Género". Shin normalmente plasmaba en papel los aspectos cotidianos de la clase alta o de las artistas femeninas profesionales. Sus dibujos llenos de belleza y calidez todavía son admirados por la gente de hoy.

Aquellos interesados en la pintura de Shin también deberían conocer a otro artista, que fue excelente en retratos y pinturas comunes, que representaban la vida cotidiana de la gente. Este artista alcanzó la fama junto con los mayores maestros de la pintura de su época, como Jeong Seon y Kim Hong Do. Él era Shin Han Pyeong, padre del célebre pintor Shin Yun Bok.

El pintor que dibujó el retrato del rey en tres ocasiones

La familia de Shin Han Pyeong mostró una habilidad excepcional en la pintura a lo largo de varias generaciones antes del nacimiento de su hijo Shin Yun Bok. Su tío también era pintor de la corte real, y se dice que Shin Han Pyeong comenzó a seguir la afición artística influenciado por él.

Shin dibujó el retrato del rey Jeongjo en tres ocasiones. Por aquél entonces, sólo a los mejores pintores de la corte se les permitía dibujar el retrato del rey, conocido como “eojin”.
Según los Anales, el monarca requería un retrato cada diez años. El registro histórico muestra que Shin estaba a cargo de realizar esa labor, compartida con el reconocido pintor Kim Hong Do.

“Madre amamantando a su bebé”, la única pintura de género que dejó Shin Han Pyeong

Muy pocas las obras de Shin permanecen hasta el día de hoy, y todas ellas ostentan valores artísticos trascendentes. La más famosa es "Madre amamantando a su hijo".

Se trata de la única pintura de género que el artista dejó en este mundo. A juzgar por el tamaño de la pintura y su pliegue en el medio, los expertos piensan que el dibujo fue arrancado de un libro de pinturas de género creado por el propio pintor.
Esta obra, "Madre amamantando a su bebé” muestra a los modelos solamente con un trasfondo blanco. Las posturas y las expresiones faciales de los personajes son lo suficientemente vivas como para llamar la atención de aquellos que la contemplan.

La pintura describe a una madre junto a sus tres hijos: la madre está sentada en el centro, y amamanta a su hijo menor en sus brazos. Su hija está sentada cortésmente a su lado, mientras que un niño pequeño, que perdió la atención de su madre después del nacimiento de su hermano menor, está de pie junto a ella frotándose los ojos.

De hecho, Shin Han Pyeong tuvo dos hijos y una hija. Por ello algunos críticos consideran que las personas que aparecen en la pintura eran sus familiares.

Si esta hipótesis es correcta, el niño pequeño que se frota los ojos en la pintura no sería otro que Shin Yun Bok, también conocido por su seudónimo Hyewon. Shin Han Pyeong lo tuvo cuando tenía 33 años .

Shin Yun Bok, la mayor obra maestra de Shin Han Pyeong

Obviamente, Shin Han Pyeong es menos famoso que su hijo Shin Yun Bok. Pero él siguió fielmente su trayectoria de artista durante toda su vida. Creó varias pinturas de eventos reales y retratos del rey en la Oficina Real de Pintura durante más de 30 años. Al mismo tiempo, era un gran pintor de género y de naturaleza. Los críticos dicen que se centraba más en la disposición de los colores, que en la descripción de los objetos y las circunstancias que los rodeaban.
Se dice que Shin Han Pyeong estaba a cargo de la coloración del retrato del rey . Al parecer, tuvo una gran influencia en su hijo Shin Yun Bok, conocido por sus destacadas técnicas del uso de colores refinados.

Ya que Shin Yun Bok creció viendo las pinturas trascendentes de su padre, quizá se podría decir que él, desde su nacimiento, ya estaba destinado a ser uno de los más elogiados maestros de la pintura coreana.

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