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Un avión de patrulla marítima de Japón efectuó un nuevo vuelo a baja altitud amenazando a un buque surcoreano. Es el tercer vuelo de este tipo que realiza una aeronave de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón en lo que va de año, después de los del 18 y el 22 de enero...

Y por la forma agresiva del vuelo, los hechos pueden ser bien considerados como una provocación. Cabe saber que esta vez el avión japonés no solo fue directo contra el buque, sino que también se acercó a una distancia de menos de 540 metros y a una altura de apenas entre 60 y 70 metros del buque, sin respetar las normas internacionales de vuelo…

Pero, ¿a qué se debe esta provocación de Japón?

La hipótesis más convincente sobre los recientes vuelos amenazantes de los aviones de patrulla japoneses es que tienen un claro objetivo político, mientras continúan las fricciones diplomáticas entre Corea del Sur y Japón tras la ruptura del acuerdo sobre las esclavas sexuales y los dictámenes a favor de los coreanos explotados por empresas niponas durante en la era colonial. En este ambiente, es posible ver cómo el primer ministro nipón, Shinzo Abe, trata de reunir a partidarios y simpatizantes -en su mayoría de inclinación conservadora y derechista- mediante un sentimiento anti Corea. De hecho, la tasa de apoyo popular del premier japonés, que había caído en picado ante la posible liberalización del mercado laboral de su país, ha empezado a mejorar tras el conflicto de radares con Corea del Sur.

Ante este panorama, hay cierto escepticismo entre los surcoreanos sobre la cooperación militar con Japón, ¿no?

Sí, es más, hay quienes ya se plantean si es necesario mantener el acuerdo de protección de secretos militares entre Corea del Sur y Japón, en una situación en la que ambos países no son capaces siquiera de compartir información sobre la operación de unos radares para resolver un conflicto que pone a prueba la confianza mutua.