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El presidente Moon Jae In realizó un viaje de ocho días a Asia Central y regresó el día 23 a Seúl. En concreto, visitó Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán, logrando promocionar ampliamente su Nueva Política del Norte, centrada en afianzar la cooperación económica y política con las regiones central y norte de Asia, y también obtener el apoyo de esas naciones al proceso de paz de la península coreana, sobre todo, al conocer más de cerca la experiencia de desarme nuclear de Kazajistán.

Más allá del ámbito político-diplomático, en el viaje presidencial llamó la atención el énfasis que el mandatario hizo en el aspecto económico. Por ejemplo, en Turkimenistán, recorrió una planta química de gas construida por un consorcio de empresas surcoreanas en la zona de Kiyanri, considerada la mayor de Asia Central. Posteriormente, en Uzbekistán acordó con el presidente Shavkat Mirziyoyev elevar las relaciones bilaterales al nivel de socios estratégicos especiales, mientras que en Kazajistán impulsó los intercambios en las áreas de cooperación tradicionales, y también en otras nuevas como infraestructuras, energía, tecnología informática, agricultura y salud. Al respecto, Presidencia detalló que gracias a este viaje del presidente Moon Jae In se han sentado las bases para lograr 24 proyectos por valor total de 13 millones de dólares, de cara a aumentar las oportunidades de las empresas surcoreanas para expandir su presencia y negocios a Asia Central.

A estas alturas, queda claro cuál fue el objetivo del reciente viaje presidencial pues las actividades realizadas por Moon Jae In en esos tres países dejan entrever que el mandatario se enfocó esta vez en ampliar el territorio económico de Corea, en concreto considerando la gran abundancia de recursos naturales de Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán, así como su gran potencial como nuevos mercados. 

Pero igualmente destaca el esfuerzo del presidente para convencer a esos países de la importancia del proceso de paz en la península coreana, mediante discursos explicando cómo una mayor estabilidad geopolítica regional generará un mayor desarrollo económico. En otras palabras, abogó por el proceso de paz, alegando que la cooperación aumentará exponencialmente si la península coreana logra la desnuclearización. En este sentido, resulta significativa la experiencia de desarme nuclear de Kazajistán, que compartió con Corea con ocasión de la visita del presidente Moon Jae In. El camino recorrido por ese país puede ser realmente inspirador para Corea, pues renunció a las armas nucleares tras convertirse involuntariamente en un estado nuclear al disolverse la Unión Soviética.