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El presidente estadounidense Donald Trump visitará Corea del Sur a fines de junio, aprovechando el viaje que ya tiene programado a Japón, donde acudirá a la Cumbre del G20 entre el 28 y 29 del próximo mes. Al respecto, la Casa Blanca y Cheongwadae anunciaron simultáneamente que el mandatario aprovechará el viaje para mantener una reunión cumbre con su homólogo surcoreano, el presidente Moon Jae In. 

Sobre los temas de debate entre Moon y Trump, la portavoz presidencial de Corea del Sur, Ko Min Jung, anunció que abordarán la desnuclearización de la península coreana y la alianza Seúl-Washington en una cumbre que será la octava entre ambos y la segunda en apenas dos meses y medio.

El objetivo del encuentro, obviamente será definir estrategias para desbloquear las negociaciones nucleares con Corea del Norte, que permanecen estancadas entre una serie de hechos que complican aún más la situación, como los ensayos de misiles norcoreanos o la incautación por parte de Estados Unidos de un carguero norcoreano. Dicho esto, la pregunta que muchos se hacen es si el presidente Moon Jae In logrará retomar el diálogo con el régimen norcoreano y su líder, Kim Jong Un, antes de la cumbre con Trump. A tal efecto, muchos apuestan por organizar una cumbre intercoreana antes de la reunión entre los presidentes surcoreano y estadounidense, de cara a reactivar la diplomacia al máximo nivel. El problema es que por ahora, Corea del Norte no se muestra tan dispuesto a “colaborar”.

En todo caso, queda siempre la posibilidad de que cambie de actitud, máxime porque es imposible que Pyongyang no vea que una cumbre entre Corea del Sur y Estados Unidos en Seúl, supone una “oportunidad de oro” también para su país, no solo para sacar del punto muerto las negociaciones nucleares, sino también para mejorar la economía y la vida de los norcoreanos, que atraviesan duros momentos.