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El mal de las ofensas verbales en internet

2019-10-19

Noticias

ⓒYONHAP News

El día 17 tuvo lugar el funeral de Sulli, exintegrante del grupo de k-pop f(x) y actriz, quien el pasado 14 de octubre fue hallada muerta en su casa. La joven, de apenas 25 años, decidió quitarse la vida tras recibir comentarios maliciosos, insultos y ofensas verbales por internet y las redes sociales desde hace tiempo.

Sulli fue un ícono de su generación, primero por su belleza y después por la valiente conducta mostrada en las redes sociales al abogar por la libre elección de no usar sostén, un tema íntimamente conectado con el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Sin embargo, justamente por exponer sus ideas abiertamente, al ser un personaje público, fue blanco de duras críticas, acusaciones infundadas e incluso insultos en las redes sociales, donde los cibernautas vertían comentarios maliciosos y ofensivos sobre ella escudándose en el anonimato.

Así, la muerte de Sulli ha abierto de nuevo en la sociedad surcoreana el debate sobre el mal que generan las ofensas verbales anónimas en internet, problema que ya en varias ocasiones fue planteado ante los suicidios de otras celebridades por esa misma causa, como el de la actriz Choi Jin Sil, quien por décadas fue la “chica mimada” del cine y la television de Corea del Sur, pero que optó por quitarse la vida tras un matrimonio fracasado y una serie de escándalos que la convirtieron en “presa” de chismosos y cibernautas que, sin noción de la fuerza letal de la palabra, dirigen comentarios malintencionados -muchas veces carentes de razón o fundamento- hacia otras personas.

En realidad, para corregir esa práctica, varios portales de Corea del Sur implementaron en 2007 el uso obligatorio del nombre verdadero entre sus usuarios. Sin embargo, ese sistema fue declarado inconstitucional cinco años después, en 2012, por vulnerar la libertad de expresión y de prensa, así como el derecho de los individuos a no exponer sus datos personales. Como puede apreciarse en este ejemplo, controlar los comentarios maliciosos en internet y las redes sociales no es fácil al ser un tema muy ligado a la libertad de expresión. Pero eso no significa que los esfuerzos por desarraigar ese pernicioso hábito deben extinguirse. Todo lo contrario: deberían intensificarse y acompañarse de otros esfuerzos por educar a los cibernautas, para sensibilizarles de la potencia de las ofensas verbales, hasta que comprendan que los comentarios maliciosos y las expresiones de animadversión pueden vulnerar los derechos humanos y, en casos extremos, llevar a una persona a quitarse la vida.

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