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A medida que se acerca la suspensión del GSOMIA, el Acuerdo de Seguridad General de Información Migiltar entre Corea del Sur y Japón, Estados Unidos eleva la presión sobre Seúl para que  revoque esa decisión. alegando que podría repercutir en la alianza de seguridad en la región.

Así es. Estados Unidos afirma que Corea del Sur y Japón deben mantener el acuerdo y dar prioridad a la seguridad regional sobre los problemas del pasado. Así lo expresó explícitamente el comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, Robert Abrams, durante una rueda de prensa ofrecida el día 12. Concretamente, el comandante norteamericano urgió a la necesidad de mantener el GSOMIA, argumentando que la suspensión del acuerdo podría emitir a terceros países un mensaje equivocado de debilidad en la alianza en materia de Defensa en torno a la península coreana. En esa misma línea afirmó que el acuerdo militar GSOMIA se basa en el principio fundamental de priorizar la estabilidad y la seguridad regional, al margen de las diferencias y conflictos históricos existentes entre ambos países. 

En ese mismo sentido se manifestó el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mark Milley, quien con un comentario similar respecto al GSOMIA expresó su deseo de que Corea del Sur renueve el acuerdo con Japón, al tiempo de definirlo como pacto clave para la seguridad y la estabilidad en la región.

Además, para esta semana hay programado un encuentro entre los jefes de Estado Mayor Conjunto de Seúl, Washington y Tokio, y también próximamente llegarán a Seúl autoridades militares estadounidenses, incluido el secretario de Defensa Mark Esper, para urgir a Corea del Sur a mantener el pacto miliar con Japón.

Eso parece. Desde luego, Estados Unidos se ha venido mostrando contrario a suspender el pacto desde el primer momento, es decir, desde que Corea del Sur dio a conocer que estaba valorando suspender el acuerdo de intercambio militar con Japón. Pero ahora que no quedan ni 2 semanas para agotar ese plazo, pues el acuerdo expira el 23 de noviembre, Washington está elevando la presión sobre Seúl para que revoque esa decisión.

Está claro que Estados Unidos apuesta firmemente por el GSOMIA, pero... ¿cuál es la postura de Japón?

Bueno, Japón parece más aferrado en seguir a Estados Unidos que en tratar de solucionar el problema directamente con Corea del Sur mediante el diálogo. Así las cosas, Seúl insiste en que mantener el GSOMIA solo será posible cuando Tokio retire las restricciones comerciales adoptadas contra Corea, al considerarlas una represalia injusta en respuesta al fallo del Tribunal Supremo surcoreano, que conminó a las empresas niponas a indemnizar a las víctimas de reclutamiento laboral forzoso durante el periodo colonial. Pero Japón se resiste fuertemente a cumplir dicho mandato, alegando que las limitaciones comerciales no fueron interpuestas como una represalia, y afirma que el problema del GSOMIA debe tratarse de forma independiente a los asuntos comerciales.

¿Y qué opinión predomina en Corea del Sur sobre el tema?

Por ahora, muchas voces abogan por aplazar la suspensión del GSOMIA. Lo que alegan estas personas es que el GSOMIA favorece la seguridad nacional y regional, y por tanto es mejor aplazar la suspensión hasta hallar una solución que resuelva las actuales disputas entre Seúl y Tokio, puesto que si llegara a suspenderse, en caso de querer reanudarlo, habría que acometer una serie de trámites para reactivar dicho acuerdo, procedimiento que podría resultar más complejo que aplazar la suspensión hasta hallar una solución adecuada.