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Los resultados provisionales reflejan que la economía surcoreana creció un 0,4% entre julio y septiembre. Mientras, el deflactor del producto interior, índice que calcula la variación de los precios de una economía a través del PIB bruto, sufrió el descenso más pronunciado en dos décadas, desde la crisis financiera de finales de los noventa. Básicamente, se utiliza para conocer la parte del crecimiento de una economía que deriva del aumento de precios.

Al respecto, el Banco de Corea presentó el día 3 las estadísticas sobre el producto interior bruto correspondientes al tercer trimestre e indican que durante ese periodo el PIB aumentó un 0,4% respecto a los tres meses anteriores y un 2% respecto a hace un año.

Por sectores, aumentaron el consumo privado, las inversiones en equipamiento y maquinaria y en productos de propiedad intelectual. En cambio, bajaron las inversiones en construcción. Un factor que destaca es que el grado de contribución gubernamental y del gasto público bajó, aunque subió el del sector privado.

Sin embargo, de los datos publicados por el banco central los analistas destacan el deflactor del PIB, concretamente el descenso de dicho índice, que bajó un 1,6% respecto al mismo periodo de 2018, marcando la mayor caída desde el -2,7% registrado entre abril y junio de 1999, cuando Corea atravesó la peor crisis financiera de su historia. El deflactor del PIB refleja las fluctuaciones, no solo de los precios al consumidor, sino también de los precios de todos los bienes de exportación e importación producidos en el país y de los bienes de inversión. Sobre el retroceso puntual de este índice, analizan que obedece a la caída del deflactor de exportaciones de bienes, generada por el brusco abaratamiento del precio de los productos más vendidos por Corea al exterior, como semiconductores, pantallas, bienes petroquímicos y siderúrgicos. En concreto, los datos indican que el aumento del deflactor de la demanda interna pasó del 1,7% del segundo trimestre al 1%, mientras que el deflactor de las exportaciones bajó un 6,7%, y el de las importaciones subió apenas un 0,1%.

Ante esta coyuntura, el Banco de Corea concluye que el descenso del deflactor de exportaciones de bienes indica una bajada de precios en los bienes que el país envía a los mercados extranjeros, factor que podría afectar negativamente a la rentabilidad de las empresas exportadoras. Así, considera esta situación como inquietante, pues  ese empeoramiento de la rentabilidad podría reducir las inversiones, el empleo y la recaudación impositiva, además de impactar en los ingresos de los hogares y el consumo. Sin embargo, y pese a todo, el banco central enfatiza que el deflactor de exportaciones no guarda relación directa con los precios internos, y por tanto, al menos por ahora, no califica esta coyuntura como deflación.