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Corea del Sur lanzó con éxito el día 19 desde el Centro Espacial Guayanés, ubicado en la localidad de Kourou en la Guayana Francesa, el satélite Cheollian-2B para observación marítima y medioambiental, el primero del mundo de tipo geoestacionario para vigilar las condiciones y los cambios atmosféricos y marítimos de una determinada zona de la Tierra.

El Cheollian-2B se separó del cohete Ariane 5 pasados 31 minutos del lanzamiento a una altura de 1.630 kilómetros, y a 37 minutos entabló la primera comunicación con una estación terrestre. La conexión sirvió para confirmar la estabilidad del satélite y de sus sistemas, así como la llegada del vehículo espacial a la órbita de transferencia. Se calcula que, a partir de ahí, el Cheollian-2B realizará maniobras orbitales durante dos semanas hasta alcanzar la órbita geoestacionaria a una altura aproximada de 36.000 kilómetros sobre la superficie terrestre. Una vez entre en órbita, el satélite iniciará una etapa de pruebas de varios meses, que será aprovechada para optimizar las funciones de control y monitorización, así como el software relacionado. Finalmente, concluida esta fase, el satélite comenzará a operar en octubre, primero recopilando y proporcionando datos de observación marítima, y desde 2021 para seguimiento de información atmosférica.

El Cheollian-2B destaca por ser el primer satélite “medioambiental” del mundo capaz de monitorear desde la órbita geoestacionaria la existencia y los flujos de contaminantes en la atmósfera terrestre, incluyendo las partículas en suspensión. Es el “gemelo” del Cheollian-2A, lanzado en diciembre de 2018 y que, especializado en observación meteorológica, envía desde julio de 2019 datos relacionados con la intensidad de lluvia y temperatura de la superficie terrestre. Estos satélites  sustituirán al Cheollian-1 con sistemas mucho más sofisticados y nuevos dispositivos, destinados exclusivamente a observar la acumulación y los movimientos de partículas en suspensión en la atmósfera.

Sin embargo, el mayor significado del lanzamiento y operación del Cheollian 2, tanto del A como del B, reside en que estos vehículos espaciales fueron construidos con tecnología propia cien por cien surcoreana, a diferencia del Cheollian 1, que fue fabricado en colaboración con Francia. Asimismo, destaca que actualmente solo poseen la compleja tecnología que requieren los satélites geoestacionarios siete países: Estados Unidos, Japón, India, China, Rusia, Israel y la Unión Europea. Concretamente, con sus avanzados equipos de observación y análisis medioambiental, el Cheollian 2B contribuirá al sistema global de vigilancia del medio ambiente junto con otros satélites de su tipo, como TEMPO, que Estados Unidos lanzará en 2022, y Sentinel-4 de la Unión Europea.

El alcance del Cheollian 2B abarca desde Japón hasta las regiones al norte de Indonesia y el sur de Mongolia, lo que implica que su radio de observación incluye trece naciones, entre las que figuran países del Sureste Asiático como Filipinas, Lagos, Tailandia, Camboya, Vietnam y Singapur.