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El Banco de Corea rebajó esta semana el tipo de referencia del 1,25% al 0,75%, situándolo por primera vez en la historia en niveles inferiores al 1%. La decisión fue adoptada en una reunión de emergencia del Comité Financiero y Monetario del banco central, que hasta la fecha solo había sido convocada en dos ocasiones: en 2001, inmediatamente después del atentado del 11 de septiembre, y en octubre de 2008, por la crisis financiera global.

Al anunciar el recorte, el Banco de Corea diagnosticó que aumenta la preocupación por la pandemia y su impacto en la economía mundial, mientras llegan claras señales de desaceleración, como la brusca caída del precio del petróleo y la inestabilidad de los principales indicadores del mercado financiero surcoreano, incluyendo los índices bursátiles y el tipo de cambio. En este contexto, explicó la necesidad de aplicar políticas monetarias expansivas para calmar tanto la volatilidad en el mercado financiero, como las repercusiones negativas sobre el crecimiento nacional y los precios.

En sintonía, el gobernador del banco central, Lee Ju Yeol, también comentó - en una rueda de prensa posterior- que el COVID-19 se expande mucho más rápidamente de lo esperado y tiene un alcance mucho más amplio de lo previsto, factores que llevan a pensar que esta crisis se prolongará. Enfatizó que la actual situación obligó a las autoridades monetarias rebajar las tasas de interés, mientras que el recorte realizado por la Reserva Federal de Estados Unidos fue asimismo el impulso preciso para acometer finalmente esa decisión. Puntualizó que uno de los objetivos de la disminución del tipo de referencia es relajar la carga financiera de los sectores más vulnerables, como pymes y microcomerciantes, a la hora de acceder a préstamos u otros programas crediticios.

Actualmente, el COVID-19 es una pandemia mundial que afecta a todos los continentes del planeta. Su rápida y amenazante propagacion ha hecho que muchas naciones cierren las fronteras y ordenen a sus ciudadanos mantener el mínimo contacto posible entre sí. De este modo, las actividades económicas y comerciales se han paralizado, mientras que el pánico afecta a todos los ámbitos. Por lo pronto, los analistas vaticinan que esta crisis será más dura que cualquier otra en el pasado, incluso más grave que la crisis cambiaria de Asia de 1997 y la crisis financiera global de 2008.

En esta coyuntura, el recorte del tipo de referencia inyecta sin lugar a dudas un aliento esperanzador, aunque la opinión mayoritaria es que no será suficiente. Sin embargo y aunque existen quienes abogan por una rebaja adicional de las tasas de interés, el pronóstico es negativo al respecto, al menos por ahora en Corea, al haber en el país otros problemas graves que podrían empeorar de rebajar los intereses, como el aumento de la deuda familiar y la subida de los precios inmobiliarios.