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Esta semana se inscribieron los candidatos a las elecciones generales del 15 de abril, destinadas a ocupar los 300 escaños de la Asamblea Nacional de cara a la vigésimo primera Legislatura, y las primeras a celebrarse tras la última enmienda a la ley electoral que impulsó dos cambios esenciales: el establecimiento de un sistema mixto entre el escrutinio mayoritario uninominal y la representación proporcional, y la rebaja de la edad mínima para votar a los 18 años.

Así arrancó la carrera electoral, que esta vez se enfrenta a múltiples variables que bien podrían influir en los resultados de los comicios, como el nacimiento de partidos satélites u otras formaciones para obtener más apoyo en la votación por listas y la orientación política de los dieciochoañeros, que apenas entraron a formar parte del electorado nacional.

Respecto a los cambios en el sistema electoral, cabe subrayar que en un principio mezclar el escrutinio mayoritario uninominal y el proporcional plurinominal tenía por objeto acabar con el oligopolio que ejercían dos mega partidos -el oficialista y el oposistor Unidad Futura (entonces Libertad Corea)- en la cámara legislativa, además de propiciar un ambiente más pluralista en el Parlamento, para dar a los partidos menores la oportunidad de tener voz dentro del hemiciclo. No obstante, esta buena intención se marchitó al lanzar tanto The Minjoo como Unidad Futura “partidos satélites” para asegurar un mayor apoyo en la votación por listas, amenazando con quitar terreno a otras formaciones menores, como el Partido Justicia, o el Partido del Pueblo, que capitanea Ahn Cheol Soo.

Otra variable en la carrera electoral es también la coyuntura social, económica y política del país, que celebrará comicios generales mientras persiste la pandemia del coronavirus. Un reto por el que el actual Gobierno fue criticando inicialmente, al fracasar en impedir la propagación del COVID-19, pero que se ha revertido ahora al expandirse el virus rápidamente en países primermundistas, como Estados Unidos y los europeos, y surgir múltiples reportajes sobre la eficacia de las pruebas de coronavirus de las autoridades sanitarias surcoreanas y su estrategia contra la epidemia.

En este contexto, se estima que las próximas elecciones generales serán el prólogo de las presidenciales de 2022, y también un examen parcial para el actual Gobierno de Moon Jae In, que si bien últimamente ha ganado puntos a su favor por las medidas contra el coronavirus, sigue recibiendo evaluaciones negativas en cuanto a sus políticas económicas.