ⓒYONHAP News

La pandemia del coronavirus ha obligado a Japón y al COI, que insistían en mantener los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a postergar este torneo multideportivo internacional. Así, las olimpiadas estivales de este año, cuya inauguración estaba prevista el 24 de julio, serán reprogramadas para verano de 2021.

El aplazamiento fue decidido y anunciado oficialmente tras la comunicación telefónica del día 24 entre el primer ministro japonés Shinzo Abe y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, ante la falta de alternativas al expandirse el COVID-19 por el mundo. De este modo, los Juegos Olímpicos serán postergados por primera vez en la historia de este certamen, que cuenta con 124 años a sus espaldas. Previamente, en algunas ocasiones las olimpiadas tuvieron que cancelarse por alguna guerra, pero nunca fueron aplazadas.

En realidad, esta decisión ya se anticipaba considerando la emergencia sanitaria internacional, tras el brote y propagación de una nueva cepa de coronavirus, que poco después la Organización Mundial de la Salud definió como pandemia. Una crisis que a estas alturas no solo afecta a China, epicentro de dicha patología, y a sus vecinos asiáticos, sino que ha traspasado fronteras llevando a un estado de caos al mundo entero. 

Ahora, el impacto del COVID-19 se deja sentir en el mercado financiero y en la vida diaria de las personas, que no pueden moverse libremente ni reunirse, mientras que cada vez más negocios cierran, excepto los supermercados, que suplen la demanda de artículos de primera necesidad, y las farmacias. 

Las repercusiones también se observan en el ámbito deportivo, pues varias ligas profesionales se han visto igualmente obligadas a cancelar o interrumpir sus temporadas, aún antes de que los Juegos Olímpicos fueran aplazados, como antesala de la reciente e inevitable decisión del Gobierno japonés y del COI. 

Por lo pronto, reprogramar las olimpiadas parece la decisión más sensata. No obstante, posponer un torneo de tanta envergadura, que requiere preparativos a años vista, supondrá serios problemas. Por ejemplo, habrá que cambiar el calendario de importantes campeonatos internacionales, que sirven como rondas clasificatorias para los Juegos Olímpicos, en modalidades como natación y atletismo, mientras que en otras como fútbol, disciplina deportiva que establece límites de edad a los jugadores, muchos países se verán forzados a reorganizar sus selecciones.