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El Gobierno surcoreano decidió repartir subsidios por coronavirus a todos los hogares pertenecientes al 70% inferior de la pirámide de ingresos, de hasta un millón es de wones por hogar. De este modo, se calcula que los recursos necesarios para este plan ascenderán a 9,1 billones de wones. Para costearlos el Ejecutivo establecerá un segundo presupuesto complementario contra el COVID-19, que incluiría una partida a tal efecto de 7,1 billones de wones, al tiempo de exigir a los Gobierno regionales hacer aportaciones para cubrir los 2 billones de wones restantes.

Los beneficiarios de este subsidio serán en total 14 millones de hogares, que recibirán montos diferenciados según el número de integrantes. Así, las familias unipersonales percibirá 400.000 wones, las de dos miembros 400.000 wones, las conformadas por tres integrantes 800.000 y los hogares de cuatro personas un millón de wones. Pero el subsidio no será entregado en efectivo, sino en cupones de consumo o monedas complementarias administradas por cada Gobierno regional.

El subsidio por coronavirus deriva del análisis de las autoridades gubernamentales sobre el fuerte impacto económico de la pandemia, que repercute más duramente en las clases vulnerables y de bajos ingresos. El propósito, por tanto, es ayudar a esas clases y de esta forma mejorar el consumo, mientras existen pronósticos lúgubres sobre la situación económica tanto nacional como mundial debido al COVID-19. Y es que aún el paquete de medidas de emergencia ya anunciado por el Gobierno por valor total equivalente al 7% del producto interior bruto de Corea del Sur es considerado insuficiente, máxime para apoyar con eficacia y de forma realista e inmediata a las clases vulnerables.

Por supuesto, y aún habiendo el consenso general de que esta ayuda es necesaria en principio, existen críticas sobre el subsidio por coronavirus diseñado por el Ejecutivo. Primero, de que se trata de una política populista de cara a las inminentes elecciones generales, y segundo, de que es una medida sin mucha premeditación y sin criterios claros sobre cómo clasificar a los beneficiarios. En cualquier caso, la idea del Gobierno es impulsar este plan por encima de las críticas para que los subsidios puedan llegan a sus destinatarios dentro del mes de mayo.