ⓒ YONHAP News

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó esta semana un informe 2020 sobre la economía surcoreana, revisando al alza la previsión de crecimiento de Corea para este año, y pasando de la estimación inicial del -1,2% al -0,8%. El pronóstico sucede al de Perspectivas Económicas 2020, publicado el 10 de junio, aunque esta vez solo analizó cuatro países, de los que la OCDE solo mejoró la previsión de crecimiento de Corea del Sur.

La revisión al alza parte de la premisa de que no habrá una segunda ola de COVID-19 a nivel planetario, pues en ese caso la economía surcoreana sufriría un retroceso de hasta el 2%. Por actividades, augura que el consumo privado caerá en 2020 un 3,6% y las exportaciones seguirán a la baja, marcando un descenso del 5,7%, en cambio las inversiones aumentarán un 2,9%.

El informe toma como referencia los resultados económicos de Corea del Sur durante el segundo trimestre de 2020, cuando este país dibujó una curva de crecimiento en forma de ‘V’ (uve mayúscula), mostrando un repunte y el segundo mejor desempeño detrás de China, cuya economía logró crecer entre abril y junio de este año un 11,5%. Ese resultado es claramente una señal optimista, máxime en comparación a las tasas negativas registradas por otros países avanzados como Estados Unidos, Alemania, Francia, España o Italia, que van desde un -9,5% hasta un -18,5%.

La OCDE puntualiza que elevar la previsión de crecimiento de Corea en 2020 es posible al ser una de las naciones que controla más exitosamente la propagación del COVID-19, así como por la eficacia de las medidas que viene implementando en respuesta a la actual crisis sanitaria, gracias a las cuales pudo también amortiguar el impacto de la pandemia en la economía. En particular, resalta la prontitud con la que empezó a actuar el Gobierno surcoreano para reducir las repercusiones económicas del COVID-19, las políticas fiscales expansivas y las audaces medidas para estabilizar el mercado financiero.

Sin embargo, el informe de la OCDE no afirma que hayan desaparecido los factores de incertidumbre, ya que el COVID-19 continúa y también las dificultades económicas derivadas, aparte de otros riesgos latentes, como el conflicto sino-estadounidense y la posibilidad de una ruptura en la cadena de valor global. Dicho esto, uno de los problemas que más inquieta a Corea actualmente es el continuo descenso del empleo, pues la tasa de desempleo está en nivel récord, mientras que los daños provocados por las fuertes lluvias de las últimas semanas agravan la carga fianciera y psicológica del Gobierno y de la población.