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Según el Servicio Nacional de Inteligencia, el líder norcoreano Kim Jong Un ha comenzado a delegar ciertas tareas, permitiendo a personas de confianza, como su hermana y subdirectora del Partido de los Trabajadores, Kim Yo Jong, actuar en su representación. Así ha dado a entender que en Pyongyang se observa una delegación de facultades, si bien Kim Jong Un sigue ejerciendo un poder absoluto sobre el partido, el gobierno y el ejército de Corea del Norte.

El reciente informe presentado por dicha agencia del Gobierno surcoreano ante el Comité de Inteligencia de la Asamblea Nacional afirma que Kim Jong Un es aún el “todopoderoso” de Corea del Norte, pero recientemente ha comenzado a repartir tareas o responsabilidades entre las personas que le son más leales. Puntualiza en este contexto que Kim Yo Jong es actualmente la número dos de facto del régimen de Pyongyang, aunque el dirigente norcoreano todavía no ha designado oficialmente un sucesor. En otras palabras, no es solo ha delegado cierto poder o tareas relevantes en su hermana, sino también otros altos cargos, como el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Estatales, Park Pong Ju, o el primer ministro del gabinete, Kim Tok Hun, a quienes ha conferidos ciertas competencias, sobre gestión económica y de interior, respectivamente.

Como trasfondo de estas novedades en el sistema de gobierno de Kim Jong Un, el Servicio de Inteligencia surcoreano señala dos factores. El primero es el elevado estrés que debe sufrir el dirigente norcoreano tras llevar nueve años en el poder y el subsiguiente deseo de aliviar el peso de gestionar o ser responsable de todos los asuntos de Estado. El segundo factor es la amenaza que puede representar el fracaso de alguna política estatal para su régimen, y también para su estatus como líder supremo de la nación. Por tanto, apuntaron que con esta maniobra Kim Jong Un podría haber delegado ciertas responsabilidades para compartir los riesgos, y establecer un sistema que le permita atribuir a otros la responsabilidad. No obstante, las autoridades de Inteligencia surcoreanas analizan que Kim Jong Un nunca hubiera podido delegar esas parcelas de poder, de no ser por la seguridad y autoconfianza obtenidas durante estos últimos nueve años al frente del régimen de Pyongyang.

En cuanto al programa de desarrollo nuclear de Corea del Norte, el Servicio de Inteligencia afirma que el reactor atómico de cinco megavatios en Yongbyon continúa inoperativo, y tampoco se detectan movimientos en la planta de reprocesamiento nuclear, o en los centros de Punggye-ri o Dongchang-ri. Asimismo, estima que las Fuerzas Armadas norcoreanas disminuyeron entre un 25% y un 65% las maniobras de verano, aunque sí prosiguen ciertas actividades sospechosas en el astillero Sinpo, donde frecuentemente suelen verse submarinos de clase Ballena y equipos de lanzamiento de cohetes submarinos.