ⓒYONHAP News

Las tres principales empresas de construcción naval de Corea del Sur lograron obtener pedidos por más de cinco billones de wones en apenas tres días, en el último tramo de 2020. Así, superaron la “sequía de contratos” del primer semestre y alcanzaron resultados anuales que no se distancian de los de 2019.

Para empezar, Construcción Naval e Ingeniería Marina de Corea, holding de astilleros del grupo Industria Pesadas Hyundai, firmó entre los días 21 y 23 contratos para construir nueve metaneros y otaos siete embarcaciones, entre cargueros de contenedores, transportadores de gas licuado de petróleo y buques petroleros, por valor total de 2,4 billones de wones. La fima logró gracias a estos pedidos cumplir en un 91% su objetivo para 2020.

Industrias Pesadas Samsung y DSME (Daewoo Shipbuilging & Marine Engineering) por su parte, consiguieron respectivamente pedidos equivalentes a 1,6 billones de wones y 1,8 billones de wones, solo en barcos de transporte de gas natural licuado.

Al ampliar así la cartera de pedidos, el sector astillero surcoreano cerró satisfactoriamente el año sin sufrir grandes rebajas respecto al año pasado, aunque sus objetivos para 2020 fueron menores que los de 2019. En cualquier caso, destaca su desempeño, máxime ante la coyuntura actual donde una pandemia mundial afecta a todos los sectores económicos, sin discriminar.

Dicho lo anterior, los buenos resultados logrados por las empresas de construcción naval surcoreanas se atribuyen al elevado nivel tecnológico que poseen para fabricar buques de alto valor añadido, como metaneros y petroleros VLCC con capacidad superior a 300.000 toneladas. Los astilleros de Corea son considerados como los mejores constructores en este tipo de embarcaciones. De hecho, los datos indican que durante 2020 se emitieron 42 pedidos de construcción de petroleros de gran capacidad, un 81% de los cuales los obtuvieron empresas surcoreanas: 27 por Construcción Naval e Ingeniería Marina de Corea y siete por DSME.

Las previsiones para 2021 también son optimistas: uno, porque quedan aquellos pedidos que las navieras aplazaron ante la crisis del COVID-19, y dos, por el pronóstico general de que la demanda de petroleros VLCC aumentará, pues un 18% de los barcos actualmente en uso se han quedado obsoletos, pues llevan operativos más de quince años.