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El octavo Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte finalizó el día 13, elevando a Kim Jong Un al cargo de secretario general y enfatizando el imperativo de aumentar el poder militar del país. 

El Congreso del Partido de los Trabajadores es la máxima instancia en el proceso de toma de decisiones del régimen de Pyongyang y en él se definen las directrices de la política estatal y el organigrama del partido. Por tanto es considerado una pista clave para anticipar posibles cambios en la estructura de poder de Corea del Norte.

Dicho esto, del octavo Congreso resalta el nombramiento de Kim Jong Un como secretario general, pues reafirma la base de poder de la máxima autoridad del Partido de los Trabajadores, el líder del régimen. 

También destaca la emergente figura de Jo Yong Won, uno de los hombres más cercanos a Kim Jong Un, que fue nombrado como miembro permanente del Politburó. No en vano, los medios mencionaron su nombre después del de Kim Jong Un y del de Choe Ryong Hae, jefe del Comité Permanente de la Asamblea Popular Suprema, dando a entender que ocupa el tercer puesto en la jerarquía del régimen de Pyongyang.

En tanto, la hermana de Kim Jong Un, Kim Yo Jong, bajó de posición y hasta fue excluida del listado de suplentes del Politburó. Sin embargo, el análisis generalizado por ahora es que resulta prematuro concluir que Kim Yo Jong haya perdido.

En cuanto a políticas y estrategias para 2021, el dirigente norcoreano declaró que frente a Estados Unidos mantendrán una postura dura si ese país opta por actuar con rigidez y viceversa, mientras que dejó el peso de las relaciones intercoreanas enteramente sobre los hombros de Corea del Sur.

Finalmente, al concluir las sesiones, Kim Jong Un enfatizó la necesidad de aumentar el poder de disuasión nuclear para hacer de Corea del Norte una nación más fuerte en términos militares y exhortó a elevar la capacidad y profesionalidad del Ejército, para mejorar su papel central como garante de la defensa nacional. En este contexto, el régimen de Pyongyang reconoció por primera vez durante el octavo Congreso del Partido de los Trabajadores el desarrollo de submarinos de propulsión nuclear y armas hipersónicas. Asimismo, como algunas de sus nuevas metas aludió a mejorar la precisión de sus misiles para alcanzar objetivos a 15.000 kilómetros, producir ojivas de gran dimensión y sofisticar la tecnología de miniaturización de armas nucleares.

Respecto a la economía, desde el principio Kim Jong Un admitió el fracaso de sus propuestas y recurrió al viejo eslogan de la autosuficiencia. No obstante, ni hizo propuestas concretas ni sugirió metas nuevas, suscitando evaluaciones que califican de infructífero el reciente Congreso del Partido de los Trabajadores, al describirlo como un “espectáculo” cuyo único propósito fue tranquilizar a la población en un contexto de grave dificultad político-económica.