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Nueva “guerra de semiconductores”

2021-04-17

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ⓒYONHAP News

El presidente estadounidense Joe Biden se reunió esta semana virtualmente con los directivos de algunas de las principales compañías tecnológicas para buscar soluciones a la actual escasez de chips que genera graves repercusiones industriales. Entre esas empresas no solo había firmas estadounidenses, como Alphabet, Dell, Intel, General Motors y Ford, sino también fabricantes de semiconductores de otros países, como Samsung de Corea del Sur o TSMC de Taiwán.

La reunión, aparentemente fue convocada para resolver los problemas actuales en la cadena de suministro de chips, que obstaculizan la producción, sobre todo de automóviles. No obstante, los analistas opinan que esa fue la excusa de trasfondo que Estados Unidos aprovechó para declarar indirectamente una “nueva guerra”,  no ya comercial sino tecnológica, contra China. Es más, la reunión dejó en claro que Washington tiene toda la intención de abordar la industria de semiconductores como parte de su estrategia de seguridad nacional. La prueba más contundente fue que convocaron a Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, y también al propio Biden, quien al tomar la palabra alzó una oblea de silicio que describió como infraestructura nacional clave, anticipando una reforma de gran envergadura de la cadena de suministro de chips, mediante una agresiva inversión.

La reunión se entiende como el inicio de una nueva campaña de Estados Unidos para impulsar la industria de semiconductores, mientras el 72% de chips es fabricado en países como Corea, Taiwán y Japón -todos ubicados en Asia del Este, región bajo fuerte influencia de China - y apenas un 13% se produce en territorio estadounidense. Una campaña cuyo primer objetivo es presionar a las empresas de semiconductores para que inviertan en Estados Unidos, y que ya empieza a surtir efecto, como refleja el plan que anunció Intel de construir dos fábricas en Arizona con una inversión de 20.000 millones de dólares.

En este contexto, las empresas tecnológicas sienten fuerte presión de otras naciones, incluida la surcoreana Samsung que lidera el mercado global de chips de memoria, y que fue convocada a la reunión de esta semana por la Casa Blanca. La firma, de hecho, está en una situación bastante incómoda, pues parece no tener más alternativa que poner pronto en marcha un plan que ya valoraba, de invertir unos 17.000 millones de dólares para ampliar la fábrica de semiconductores en Austin, Texas.

Sin embargo, la posición de Corea es compleja porque solo Estados Unidos desea dominar la cadena de suministro global, pues China tiene las mismas pretensiones, además de ser el destino del 40% de las exportaciones surcoreanas de chips, lo que significa que también tiene armas para presionar tanto o más que Estados Unidos a los fabricantes de semiconductores surcoreanos.

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