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El presidente Moon Jae In propuso el martes 21 ante la Asamblea General de Naciones Unidas declara oficialmente el fin de la Guerra de Corea, y ahora la atención se centra en saber en cómo influirá esa sugerencia en el futuro panorama regional e internacional.

En su discurso, el mandatario surcoreano planteó ideas más concretas que las planteadas el año pasado, también ante la ONU; sobre cómo declarar oficialmente el fin de la Guerra de Corea. Primero, enfatizó que declarar el fin de la guerra será un importante punto de partida para implementar un nuevo orden basado en la reconciliación y la cooperación en la península coreana. Así, propuso que esa declaración sea tripartita -entre las dos Coreas y Estados Unidos- o entre cuatro naciones, incluyendo a China.

No es la primera vez que Moon aboga por declarar oficialmente el fin de la Guerra de Corea, tal como hizo durante la 75ª Asamblea General de Naciones Unidas, en 2020. Sin embargo, entonces su propuesta no ofreció detalles, y fue más una postura un tanto conceptual, al destacar solamente que la declaración oficial del fin de la guerra sería la puerta hacia la desnuclearización y la paz perpetua.

Dicho esto, lo más destacable de su discurso de este año fue definir a los sujetos de la declaración, al mencionar a los países directamente implicados en la Guerra de Corea, como son las dos Coreas y Estados Unidos, y también aludiendo a la posibilidad de incluir a China como el cuarto participante.

Sin duda se trata de una propuesta mucho más concreta, que en cierta medida refleja la urgencia que siente el presidente surcoreano de revertir el ambiente actual, para sacar las negociaciones nucleares del estancamiento. Además, podría decirse que esta sugerencia sintetiza la hoja de ruta de Moon sobre las políticas hacia Corea del Norte.

Sin embargo, no hay mucho optimismo sobre si Pyongyang o Washington aceptarán la propuesta del mandatario surcoreano, primero porque recientemente ha vuelto a aumentar la tensión en la península coreana, al realizar Corea del Norte varios ensayos balísticos, pese a la flexibilidad mostrada por Estados Unidos para promover proyectos de ayuda humanitaria, y segundo, porque a estas alturas hay dudas sobre si realmente sería viable o lo suficientemente efectiva la declaración del fin oficial de la Guerra de Corea.