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Los precios al consumidor subieron en octubre más del 3% por primera vez en una década, encendiendo la luz roja en el ritmo de inflación.

Según la Oficina Nacional de Estadística, el mes pasado los precios al consumidor aumentaron un 3,2%. Los bienes que más se encarecieron fueron productos industriales, incluyendo derivados petrolíferos como la gasolina, el diésel y el gas licuado de petróleo para coches, que vieron aumentar su precio un 27,3%, marcando la mayor subida en trece años y dos meses, después del 27,8% registrado en agosto de 2008.

Sin embargo, estos son solo los datos estadísticos, pues la inflación percibida por los consumidores es mucho más seria. Esto es debido a que, por ejemplo, en el caso de los bienes agropecuarios y pesqueros, si bien la subida de precios en general no es tan relevante, sí es notoria en los productos más demandados, como la carne de res o los huevos, que subieron respectivamente un 12,2% y un 33,4%. También es notoria la subida de otros precios que afectan directamente a la economía del hogar, como el de la gasolina, el diésel, la luz o el alquiler.

Así, la inflación de la canasta básica con los 141 productos más consumidos en los hogares marcó un 4,6%, mientras que los ciudadanos perciben un aumento de precios de más del 10%. 

Los datos inflacionarios muestran que los precios, tras subir en torno a un 1% mensual entre enero y marzo de 2021, ampliaron el margen de aumento hasta aproximadamente un 2% a partir de abril, para finalmente superar el 3% de incremento en octubre. De este modo se anticipa que la subida anual de precios superará el 2%.

Este ritmo inflacionario, en realidad, no es un fenómeno solo de Corea del Sur, sino que es palpable a nivel mundial. En cuanto a medidas gubernamentales para frenar los precios, por ahora figuran congelar las tarifas de servicios públicos, como el gas, o rebajar un 20% los impuestos al combustible. Además, el Banco de Corea valora a proceder a un nuevo aumento del tipo de referencia.