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El expresidente Chun Doo Hwan falleció el 23 de noviembre a la edad de noventa por vejez y varias enfermedades, como Alzhéimer y mielona múltiple, un tipo de cáncer de células plasmáticas. Su muerte implica el cierre de toda una era de la historia contemporánea de Corea, al fallecer los dos máximos responsables de la masacre de civiles de Gwangju de mayo de 1980, pues su muerte ocurrió apenas 28 días después de la del exmandatario Roh Tae Woo, su compañero de la Academia Militar, cómplice en el golpe de Estado y sucesor en Presidencia.

Nacido en 1931, Chun Doo Hwan combatió en la Guerra de Corea y en 1955 se graduó de la Academia Militar. En el Ejército, emergió como el hombre más influyente, y aprovechó esa influencia y la confusión que aumentó tras el asesinato del entonces dictador Park Chnug Hee para tramar un golpe militar.

El golpe de Estado liderado por Chun Doo Hwan y los miembros de Hanahoi, un grupo privado de generales que formó con sus simpatizantes, se llevó a cabo el 12 de diciembre de 1979. El pueblo no se quedó de brazos cruzados y empezó a manifestar su descontento, además de iniciar una campaña nacional por la democratización del país. Ese periodo se conoce como la ‘primavera de Seúl’, pues surgieron a nivel nacional marchas ciudadanas en defensa de la democracia, sin embargo fueron reprimidas violentamente por los líderes del golpe militar, que hasta activaron la ley marcial. En este proceso, en Gwangju, ciudad donde fue más intenso el movimiento democrático, las protestas fueron disueltas con armas hasta culminar el choque entre el Ejército y los manifestantes en una masacre de civiles. 

Ese fue el antecedente de la investidura de Chun Doo Hwan como presidente, que asumió las riendas del Gobierno mediante una elección indirecta gestionada por un consejo provisional el 1 de septiembre de 1980, y al año siguiente promovió una reforma constitucional para alargar su mandato a siete años.

Desde Presidencia, Chun se esforzó por fomentar el deporte y la cultura, aunque las políticas impulsadas entonces son descritas como una estrategia para distraer al pueblo y apartar su interés de la política. También hubo un progreso visible de la economía nacional, pero la mejora se atribuye a factores externos como la depreciación del dólar, el abaratamiento del petróleo y los bajos intereses, mientras que como logros del Gobierno de Chun se aluden a la supresión del toque de queda, la implementación del salario mínimo y el establecimiento de las bases del seguro de salud público.

Estas son las luces y sombras de la vida de Chun Doo Hwan, si bien hay más sombras, pues sus logros -sean pocos o muchos- se vieron opacados por la “política del terror” que desplegó y su falta de arrepentimiento. Chun se refirió toda su vida al Movimiento Democrático 19 de Mayo como una revuelta y jamás reconoció la masacre de civiles de Gwangju bajo su mandato, ni mucho menos se disculpó por ello.