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Sobre la idea del Gobierno de rebajar la edad de escolarización, la ministra de Educación, Park Soon Ae, declaró esta semana que de no existir un consenso nacional, dicha propuesta podría cancelarse. 

El día 2, la ministra mantuvo un debate con asociaciones de padres de familia sobre la propuesta de disminuir la edad de escolarización hasta los cinco años. Explicó que el objetivo final es integrar los servicios educativos y de cuidado infantil, tanto para un desarrollo estable de los niños, como para aliviar la carga financiera de los hogares, y que reformar el sistema escolar puede ser una alternativa. Sin embargo, dejó claro que cualquier cambio será realizado tras un minucioso debate social, así como un arduo proceso de convergencia de opiniones. 

Así, el Gobierno retrocedió apenas cuatro días después de anunciar que planea rebajar la edad de escolarización, ante la feroz desaprobación no solo de los padres de familia, sino también de expertos en pedagogía y demás sectores de la sociedad surcoreana. Pero, pese al cambio de postura del gobierno, condicionando la reforma escolar a debate público para alcanzar un consenso global, los grupos de padres de familia consideran incluso innecesario debatir sobre tema, a sabiendas de que la mayoría absoluta de la población no comprende por qué las autoridades de gestión educativa aluden a escolarizar a los niños a partir de los cinco años. 

En realidad, no es la primera vez que se habla de rebajar la edad de escolarización. Gobiernos anteriores también tuvieron la misma idea, aunque ninguno pudo siquiera iniciar las tareas para proceder a dicho cambio, dados los problemas y el enorme costo socioeconómico que implicaban. En todo caso, las autoridades educativas consideran apropiado incluir a los niños en el sistema escolar desde la edad de cinco años, en vista de la constante mejora de su nivel intelectual y la subsiguiente necesidad de adelantar la edad en la que los ciudadanos pasan a formar parte de la población activa del país.

Así, aunque los fundamentos que presentan son racionales, estos siguen siendo insuficientes como para convencer a la población. Con más razón debido al descuido que tuvo el Gobierno esta vez al anunciar que reformará el sistema escolar sin un análisis integral sobre el impacto que esta podría tener y sin debatir el tema con los grupos interesados. 

Disminuir la edad de escolarización no es un asunto simple. No significa meramente que el niño empezará a ir al colegio un par de años más temprano. Pues, la reforma requeriría hacer ajustes en los servicios de cuidado infantil y en el esquema de educación formal, además de impactar en la vida de los padres de familia para finalmente afectar a la actividad socioeconómica en general. Dicho esto, la opinión generalizada es que fue definitivamente imprudente por parte del Gobierno, aludir a dicha reforma sin el debido intento de armonizar las opiniones de los diversos sectores de la sociedad.