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La presidenta de la cámara baja del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, visitó Taiwán esta semana, pese a las advertencias de China. Hecho que Beijing protestó, incluso anticipando maniobras militares masivas alrededor del estado insular. Así las fricciones entre Estados Unidos y China se intensifican, al punto que muchos aluden a una Nueva Guerra Fría.

La delegación de la Cámara de Representantes estadounidense, liderada por Pelosi, llegó el 2 de agosto por la noche a Taipéi. Al aterrizar, la política declaró que su visita plasma la promesa de su país de apoyar la democracia de Taiwán y que sus objetivos son tanto profundizar la relación entre Estados Unidos y la República de China, como promover la paz y la estabilidad en la región Indo-Pacífico.

En este viaje, el primero realizado por un jefe de la cámara baja estadounidense en 25 años, el avión que llevaba a Pelosi despegó de Malasia y de ahí no fue directamente a Taiwán. Optó por seguir una ruta más larga, a lo largo de la cual fue custodiado por una flota estadounidense en el mar de Filipinas, que incluía el portaaviones Ronald Reagan. Esta trayectoria descontentó fuertemente a Beijing, que ya desde que se empezara a rumorear sobre la visita de Pelosi a Taipéi venía expresando abiertamente su rechazo. 

Desde la perspectiva de China continental, el viaje de la jefa de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Taiwán es un reto a su política de “Una sola China” y por lo tanto es intolerable para Xi Jinping, que busca permanecer en el poder por tercer mandato presidencial consecutivo. En este contexto se entienden las maniobras militares masivas anunciadas por el Gobierno chino, para rodear Taiwán por mar y aire. 

Esta situación inquieta, máxime al aumentar el riesgo de que surja un choque armado en el estrecho de Formosa, mientras la tensión entre Estados Unidos y China parece que no se apagará fácilmente. Entre estas dos potencias, Corea del Sur se halla en una posición muy incómoda, considerando las posibles repercusiones de esta tensión en el panorama de la peninsula coreana. Para empezar China podría reforzar su red de solidaridad con Rusia y Corea del Norte para rivalizar contra Estados Unidos y en el peor de los casos, Pyongyang podría aprovechar la inestabilidad para efectuar un nuevo ensayo nuclear o lanzar otra de sus provocaciones.