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El tipo de cambio dólar-won alcanzó esta semana niveles máximos en una década, incluso hasta los registrados al brotar la crisis financiera global en las postrimerías de los años 2000, amenazando con perjudicar la economía nacional. Ante esta situación, el presidente Yoon Suk Yeol abogó por una adecuada gestión de riesgos para que la devaluación de la moneda surcoreana no afecte al mercado. 

Pese a los comentarios del mandatario y la intervención verbal de las autoridades financieras del país, el tipo de cambio aumentó durante el martes 23 hasta 1.346 wones por dólar, el máximo de 2022 y el segundo mayor nivel en trece años, después de los 1.356,8 wones por unidad del 28 de abril de 2009. Ante estos datos, los analistas destacan con inquietud el acelerado ritmo al que aumenta el precio del dólar, así como la persistente tendencia al alza que muestra dicha moneda. Algunos, de hecho, vaticinan con nerviosismo que en este contexto no se descarta que el tipo de cambio supere la línea de los 1.400 wones por dólar antes de finalizar 2022. 

Las fluctuaciones cambiarias aumentan la incertidumbre en el mercado financiero y son un problema mayor para economías como la surcoreana que depende en gran medida del comercio exterior, máxime en la coyuntura actual en la que persisten otros factores adversos, como la inflación y la subida de las tasas de interés. Aquí es importante recalcar que si el tipo de cambio aumenta, esto debilitará el efecto positivo del abaratamiento de la energía, que empieza a percibirse a nivel internacional. Además, aunque las exportaciones ganen mayor competitividad en precios, el desequilibrio comercial seguirá porque los productos importados se encarecerán, sobre todo las materias primas, uno de los bienes que más compra Corea a otros países. 

Ante estas dificultades, las autoridades financieras tratan de calmar las fluctuaciones con intervenciones verbales, anticipando reforzar la vigilancia sobre el mercado, por si factores especulativos alimentan la subida del tipo de cambio. Sin embargo, los expertos en tema cambiario sostienen que tales intervenciones, si bien pueden desacelerar en cierta medida el ritmo de aumento, serán insuficientes para detenerlo, ya que de momento el fortalecimiento del dólar es un fenómeno global.