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El Gobierno surcoreano anunció esta semana una serie de medidas para paliar la escasez de taxis, una consecuencia directa de la pandemia pues contrajo la demanda de transporte público, obligando a muchos taxistas a cambiar de oficio y a trabajar como riders, repartidores de paquetes o mensajeros. Pero casi tres años después, el problema supone una gran incomodidad para los ciudadanos, sobre todo en Seúl donde resulta difícil coger un taxi, máxime de noche, pues al relajar las pautas de prevención contra el covid-19 y reactivarse tanto el ocio como la actividad comercial, la demanda de ese medio de transporte ha aumentado notablemente.

La primera medida anunciada fue aumentar el recargo por servicio, de los actuales 3.000 wones hasta un máximo de 5.000 wones. Actualmente, las apps de taxis operativas en Corea ofrecen dos opciones a los usuarios: la básica que consiste en llamar un taxi y asignar al más próximo entre los taxistas que aceptaron el trayecto, mientras que la otra alternativa permite al usuario tener un acceso prioritario a los taxis disponibles a cambio de una tarifa adicional -un recargo por servicio solicitado-. Cabe aclarar de antemano que la medida gubernamental mantendrá ambas opciones, y solo aumentará el recargo de la segunda opción. Eso sí, los taxistas no sabrán si el usuario solicitó sus servicios mediante la opción básica o la que permite elegir, para impedir que discriminen a los viajeros. Además, y ante las críticas de que el aumento de dicha tarifa adicional solo beneficiará a las apps de taxis, las autoridades aseguran que implementarán los mecanismos necesarios para garantizar que el recargo llegue a los taxistas, y no a los gestores de las plataformas.

También suprimirán el sistema de decanso obligatorio para taxistas autónomos, que lleva en vigor desde hace cincuenta años, al tiempo de flexibilizar los requisitos de contratación de conductores para empresas transportistas, permitiendo emitir licencias provisionales de taxista tras un proceso simplificado, que incluirá la verificación de datos personales y del historial criminal.

Evidentemente, la falta de taxis deriva de la pandemia. Al menos las cifras así lo reflejan, pues muestran un descenso de 28.000 conductores entre los taxistas contratados por empresas de transporte a nivel nacional, sin contar a los autónomos, y un total de 10.000 conductores menos solo en Seúl. Asimismo, los datos muestran que muchos de los que dejaron el volante se pasaron al sector de riders o repartidores de mensajería, al prometerles mejores ganancias. Ese es el trasfondo de las recientes medidas adoptadas por el Gobierno. Incluso el Ayuntamiento de Seúl, zona que muestra mayor escasez de taxis, anticipó que en febrero de 2023 subirá la tarifa básica de 3.800 a 4.800 wones, y en diciembre de 2022 impondrá recargos nocturnos diferenciados por horas de entre un 20% y un 40%.