ⓒYONHAP News

El colapso de los sistemas de Kakao y el bloqueo de sus principales servicios, especialmente el de mensajería instantánea Kakao Talk, que ostenta el monopolio del sector en Corea del Sur, produjo lo que bien podría definirse como “apagón digital”, pues no solo incomodó a sus millones de usuarios particulares, sino también a los múltiples comercios y empresas que hacen negocios y emiten publicidad a través de Kakao Talk, pues al paralizarse la actividad sufrieron pérdidas.

El motivo del bloqueo fue un incendio ocurrido el día 15 en el Centro de Datos de Pangyo de la empresa SK, donde algunas de las principales tecnológicas del país como Kakao y Naver - esta última a cargo del mayor portal de Corea- tienen sus servidores. Según las investigaciones en marcha y a juzgar por las grabaciones de las cámaras de vigilancia, el fuego comenzó al saltar una chispa en un módulo de baterías para asegurar una alimentación eléctrica ininterrumpida, en la sala de potencia del tercer sótano. Inmediatamente, la llama se extendió y hacia las 3:33 de la tarde interrumpió parcialmente el suministro de electricidad a los servidores de Kakao, paralizando el servicio de mensajería instantánea Kakao Talk. Más tarde, como parte de las tareas de extinción y como medida para prevenir posibles fugas de corriente, el Departamento de Bomberos solicitó a los responsables del Centro de Datos de Pangyo que cortaran el suministro eléctrico, medida que detuvo por completo los servidores allí instalados, tanto los de Kakao como los de Naver.

En realidad, no fue un incendio de grandes dimensiones, pero las consecuencias fueron bastante notorias. Al paralizarse el sistema de mensajería instantánea predominante en Corea, las conexiones quedaron suspendidas, algo para muchos inimaginable en una era hiperconectada como la actual. Y al dejar de funcionar los servicios de Kakao, incluyendo los servicios bancarios, el correo electrónico, los mensajes instantáneos y las plataformas de comercio electrónico, los inconvenientes  no afectaron solo para los usuarios particulares, sino también a las empresas y a muchas entidades pública, que vieron afectados sus servicios al cliente o al ciudadano.

Este caso reflejó sobremanera la vulnerabilidad de infraestructuras de comunicación de datos, pese a ser un servicio tecnológico indispensable hoy día. Asimismo, dejó al descubierto los problemas que conllevan los monopolios de las grandes tecnológicas, pues al ser los principales proveedores de servicios, ante un bloqueo pueden paralizar las conexiones en pleno siglo XXI.

Los datos indican que el volumen nacional de los centros de datos pasó de 53 en el año 2000 a 156 en 2020, mientras que también aumentaron a gran escala aquellos con capacidad suficiente como para albergar más de 100.000 servidores. Dicho esto, lo ocurrido recientemente obliga a plantear la pregunta de si el nivel de seguridad y protección de unas instalaciones tan relevantes en la era actual para la vida diaria de las personas y la actividad económica de un país, es acorde al exponencial crecimiento de esas infraestructuras. En tanto, otro problema a resolver es el monopolio ejercen algunas tecnológicas en el mercado de servicios digitales. Incidentes como el acaecido con el colapso de Kakao, permiten ver como el hecho de que un determinado operador – al ser el elegido mayoritariamente por los usuarios- se convierta prácticamente en “la red de comunicación pública nacional por excelencia”. Dicha reflexión plantea la necesidad de regular mejor la gestión de los centros de datos, así como de impedir monopolios – aunque en este caso el uso de Kakao es voluntario, al ser el preferido del público- y abusos de posición dominante por parte de los dinosaurios del sector tecnológico.