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El Gobierno ha decidido rebajar la edad mínima de responsabilidad penal de catorce a trece años. Esto significa que los adolescentes de trece años serán imputables en base al Código Penal si resultan culpables de un delito, en vez de estar sujetos -como hasta ahora- a disposiciones menores como reclusión en reformatorios o prestación de servicios a la comunidad. La medida llega ante el aumento de la delincuencia juvenil, mientras el promedio de edad de los agresores disminuye rápidamente y cada vez se registran crímenes más violentos.

Según los cambios anunciados el día 26, los adolescentes serán imputables a partir de los trece años, mientras que los niños menores de diez seguirán libres de responsabilidad penal y no irán a correccionales, aunque podrían afrontar sanciones disciplinarias de los comités de conducta de sus respectivas escuelas, y sus padres o tutores podrán enfrentar demandas de indemnización por daños y perjuicios.

Cabe recordar que la rebaja de la edad mínima de responsabilidad penal vendrá acompañada de un programa de prevención y corrección de delicuentes menores, así como de mecanismos de vigilancia, protección y guía cuando abandonen el reformatorio.

Desde hace varios años la sociedad surcoreana ha mantenido un fuerte debate sobre la edad mínima de imputabilidad penal, y las recientes medidas del Gobierno responden a ese llamado. Aunque muchos lo consideran una respuesta algo obvia y en cierto modo tardía, considerando datos los alarmantes datos sobre delincuencia infantil y juvenil.

Según informó el Ministerio de Justicia, el total anual de crímenes cometidos por menores sin posibilidad de asumir responsabilidad penal aumentó de 7.897 casos en 2017 a 12.502 casos en 2021. Para colmo, el promedio de edad de los primeros delitos es cada vez menor y los métodos de agresión son más violentos.

En este sentido, se espera que rebajar la edad mínima de imputabilidad surta efecto, aunque tampoco es posible ignorar el riesgo de tachar a menores - en el peor de los casos innecesariamente- de convictos, ni las posibles consecuencias sociales.