ⓒYONHAP NewsEsta semana el Gobierno anunció sus políticas económicas para 2023, adelantando que se centrarán en potenciar el sector privado para impulsar la recuperación, pues prevé que el próximo año la economía nacional se enfrentará a serias dificultades en un contexto de policrisis. 

Los pronósticos de cara a 2023 no son nada optimista. Frente a previsiones de crecimiento revisadas a la baja por la gran mayoría de las entidades de análisis económico, el Gobierno prevé que la contracción económica mundial y el empeoramiento de los términos comerciales impactarán fuertemente en la economía real de los hogares y del país. Es más, estima un retroceso del 4,5% en las exportaciones y una desaceleración del consumo doméstico por factores adversos, como el alto tipo de interés, el retroceso del empleo y la disminución del valor de los activos, aunque podría darse cierta desinflación, pasando del 5,1% de 2022 al 3,5% en 2023. 

La solución que presenta el Gobierno a tan compleja situación económica es reactivar el sector privado mediante incentivos tributarios, flexibilización de normas y programas de financiación. Su estrategia considera que promover la actividad económica privada es preferible a una intervención del Estado para estabilizar el mercado, mejorar las exportaciones y fomentar las inversiones. Algunas de las medidas para 2023 pasan por aumentar los beneficios tributarios a aquellas empresas que aumenten sus inversiones, mantener la rebaja del impuesto sobre combustibles, prorrogar la vigencia de la cuota arancelaria sobre los bienes agropecuarios y pesqueros, y elevar las deducciones sobre gastos de alquiler, transporte e intereses de préstamos hipotecarios. 

Sin embargo, muchos consideran esas medidas como insuficientes, máxime porque la contracción económica es ya un fenómeno planetario. Además, hay fuertes críticas a la falta de esfuerzos por normalizar la demanda interna y apoyar a las clases más vulnerables. Y para complicar la ecuación, como muchas de esas medidas requieren nuevas leyes o reformas, los más escépticos dudan si podrán ser aprobadas con agilidad, mientras la oposición ostenta la mayoría parlamentaria.