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Las películas con escenas violentas o de miedo elevan el riesgo de obesidad, de acuerdo con un interesante estudio de una Universidad Libanesa-Americana. 

Los investigadores dividieron en dos grupos aleatorios a 84 adultos de entre 20 y 30 años. Mostraron películas violentas al primer grupo y de comedia romántica al segundo grupo, después de medir su pulso cardíaco, tensión arterial, nivel de estrés, y tolerancia al apetito. Antes de comenzar, les entregaron una caja con palomitas, galletitas, bombones de chocolate, caramelos, zumo de naranja y refrescos, entre otros, para tomar y beber mientras miran las películas. Les permitieron beber y comer lo que quisieran y ver las cintas solos en estado relajado. Al finalizar, analizaron los cambios biofísicos de los participantes y, mientras los del primer grupo experimentaron un alto nivel de estrés y altibajos en su estado emocional, los del segundo grupo no mostraron cambios en particular. Asimismo, los del primer grupo consumieron un promedio de 6,4 snacks, respecto a los 4,9 de los que vieron películas la comedia romántica, por lo que los investigadores concluyeron que las escenas violentas provocan repentina secreción de las hormonas de estrés, invitando a comer y beber más para superar esos cambios.