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El alimento de temporada que les presentaremos hoy es una verdura ideal para consumir durante la época estival en Corea. El protagonista de hoy es el calabacín, pues aunque está disponible durante todo el año, es más sabroso y nutritivo en verano. El calabacín es una de las hortalizas más usadas en la cocina coreana, tanto por su barato precio, como por su sabor y valiosas propiedades nutricionales.

El calabacín es una hortaliza de bajo aporte calórico gracias a su alto contenido en agua. Un calabacín de 100 gramos tiene apenas unas 40 calorías, pero mucha fibra y abundantes de nutrientes esenciales como ácido fólico y vitaminas A y C. Además, posee leticina, una sustancia orgánica que ayuda a reducir el colesterol malo y prevenir enfermedades cardiovasculares como la hipertensión. Mientras, al ser rico en potasio ayuda a liberar toxinas y sodio acumulados en el cuerpo, además de prevenir las inflamaciones. 

¿Y cómo elegir un calabacín de buena calidad? Es importante verificar que presente un color amarillo verdoso brillante y una superficie lisa, sin arañazos. Cuanto más pesado sea respecto a su tamaño, mejor será su sabor. La mayoría de las personas conservan las hortalizas en el refrigerador tras comprarlas, pero si no se consumen lo antes posible, se resecan y pierden sabor. Para mantener el calabacín en buen estado el mayor tiempo posible, es recomendable envolverlo en papel de cocina y guardarlo en un lugar fresco y sin humedad.

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Hay una gran variedad de guarniciones, también conocidas como banchan en coreano, que pueden acompañar al arroz en la mesa coreana, pero hoy vamos a compartir una receta de banchan que se prepara con calabacín. Es el calabacín salteado, y como es muy sencillo y fácil de cocinar, les invito a probarlo. Los ingredientes necesarios son: un calabacín, media cebolla, un poco de zanahoria, una cucharada de cebolleta picada, media cuchara de ajo molido, chile verde y rojo, una cucharada de aceite de sésamo, otra cuchara de salmuera de gambas, otra de semilla de sésamo, y sal y pimienta al gusto.

Primero, cortamos todas las verduras a tamaño uniforme, en láminas de 5 milímetros de grosor, con forma de media luna. Los ajíes rojos y verdes se cortan en diagonal. Cuando estén todos los vegetales cortados, preparamos la salsa. En un recipiente, mezclamos cebolleta picada, salmuera de gambas, ajo molido, semillas de sésamo, pimienta negra, aceite de sésamo y un poco de sal. Si les resulta difícil conseguir salmuera de gambas, pueden reemplazarla por salsa de pescado o simplemente por sal. Luego, calentamos un poco de aceite vegetal en una sartén y freímos primero las cebollas cortadas. Después, añadimos otras verduras y sofreímos durante unos siete minutos. Ahora bajamos el fuego y agregamos la salsa preparada y lo dejamos pochar durante cinco minutos más. Y... ¡ya está! Basta retirarlo del fuego y servir en un plato con arroz y otras guarniciones.