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El alimento de temporada que les presentaremos hoy es un ingrediente muy preciado aquí en Corea, que solía ser utilizado en la cocina real en la dinastía de Joseon. El protagonista de hoy es el abulón, “jeonbok” en coreano. Una región muy famosa por el abulón en este país es la isla de Jeju, al extremo sur de la península coreana, donde las mujeres buceadoras conocidas como “haenyo” se sumergen hasta el fondo del mar para encontrar los mejores mariscos.

El abulón tiene abundantes ácidos grasos omega-3 y es una buena fuente de hierro, fósforo, vitaminas de tipo B1, B12 y E, y magnesio. Es rico en proteínas pero bajo en grasas y calorías, por lo que puede ser un buen aliado para adelgazar. Además contiene abundante taurina, que es eficaz para mejorar la vista, prevenir la diabetes, disolver los cálculos biliares, controlar los niveles de colesterol y mejorar la función cardíaca. Incluso las conchas de abulón tienen propiedades beneficiosas para la salud. Las cáscaras trituradas se usan en medicina oriental pues ayudan a reponer energía y a combatir dolores de cabeza, y problemas de visión y de corazón.

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Entonces, ¿cuál es la mejor forma de disfrutar este manjar? A diferencia de otras culturas del mundo, no es muy común entre los coreanos consumirlo seco o enlatado. Prefieren el abulón fresco recién sacado del mar, y lo preparan crudo o cocido. Obviamente, la forma más sencilla es comerlo crudo. Se puede comer solo cortándolo en rodajas y sumergiéndolo en aceite de sésamo y sal. El abulón también es muy fácil de digerir, por lo que en Corea es frecuente elaborar gachas con este ingrediente. Se dice que las gachas cocidas con la carne y las entrañas del abulón activan el sistema inmunológico y ayudan a hacer la digestión.

Otra forma de comer este marisco es asado con mantequilla. Precisamente hoy les explicaremos paso a paso cómo cocinar abulón asado a la mantequilla. Ante todo, es fundamental lavar bien los ingredientes. Hay que usar un cepillo de dientes para limpiar a fondo con agua, incluso la cáscara, para eliminar todas las impurezas del abulón. Después de lavarlo, introducimos el dedo o una cuchara en la cáscara, para separar fácilmente la carne y las entrañas. Ahora hacemos cortes en cruz de 1 centímetro con un cuchillo en el lado de la carne que estaba unido al caparazón. En una sartén ponemos suficiente aceite y, cuando esté caliente, freímos primero una docena de ajos por unos minutos a fuego lento. Cuando se vean crujientes, agregamos los abulones y los sofreímos junto con los ajos. No hay que cocinar los abulones durante mucho tiempo porque su carne puede quedar dura. Luego, en la misma sartén añadimos una o dos cucharas de mantequilla. Una vez que la mantequilla se haya derretido por completo y los ingredientes estén dorados, retiramos la sartén del fuego y ya está. Basta servirlos en un plato y... ¡a disfrutar!