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El alimento de temporada que les presentamos hoy es la corvina seca, conocida como “gulbi” en Corea. Para elaborar este manjar, primero hay preservar la corvina amarilla (o “chamjogi” en coreano) en sal durante varios días en una vasija, y luego, secarla a la brisa del mar durante al menos seis meses, hasta que quede dura. En particular, el gulbi más apreciado es el de la localidad Yeonggwang, en la provincia de Jeolla del Sur, al suroeste de la península coreana, que se caracteriza por ser moderadamente seco y tener un brillo amarillento. El llamado “bori gulbi” es otro tipo de gulbi muy apreciado en este país. Su nombre alude a la corvina amarilla que, tras secarse a la brisa del mar, se almacena en un tarro lleno de cebada. Se dice que era una forma de conservar el pescado en el pasado cuando no existía el refrigerador. Al madurar, la cebada regula la humedad y previene las plagas, además de reducir el mal olor y el sabor salado de la corvina, y hace que la carne se vuelva más firme. 

La corvina amarilla seca ha sido un alimento muy valorado desde hace muchos años en Corea. De hecho, era un alimento imprescindible en la mesa de los reyes durante la dinastía de Joseon. Hoy día es esencial en la mesa ritual de ofrenda a los antepasados, y también es considerado por muchos coreanos como un regalo muy apreciado en festividades tradicionales, como el Año Nuevo Lunar.  

El gulbi se puede cocinar de varias formas, desde estofado y guisado, al vapor hasta a la parrilla. Es rico en proteínas y vitaminas tipo A y D, que ayudan a aliviar la fatiga y la ceguera nocturna, así como a reponer energía. Es bajo en grasas, por lo que es fácil de digerir, y es bueno para los niños o ancianos con sistemas digestivos débiles.

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Ahora les explicaremos cómo disfrutar de la corvina seca al estilo coreano. La receta de hoy es “bori gulbi muchim”: corvina seca sazonada. Es tan fácil de preparar que les invito a probarla. 

Los ingredientes necesarios son: un bori gulbi (corvina amarilla seca a la cebada), una cuchara de pasta de ají picante (gochujang), media cuchara de aceite de sésamo, media de ajo molido, media de jengibre molido y dos de azúcar. 

Primero quitamos las escamas y dejamos sumergido el pescado al agua durante 30 minutos para eliminar el olor. Luego, hay que cocerlo al vapor durante unos 15 minutos. Separamos la carne de las espinas y la cortamos en pequeños trozos. Ahora, en un bol mezclamos bien el pescado con todos los condimentos, es decir, gochujang, aceite de sésamo, ajo molido, jengibre molido y azúcar. ¡Y nada más! Lo servimos con arroz blanco y... ¡a disfrutar!.