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Una de las frutas más populares en esta temporada en Corea es la fresa. En fruterías y supermercados es fácil de encontrar estos días gran variedad de fresas, atractivas por su tamaño y color, así como por su gran sabor. En realidad, la temporada natural de la fresa comienza a mediados de mayo, al iniciarse el verano. Sin embargo, la adopción de nuevas formas de cultivo hace posible hallarla en el mercado con más frecuencia en invierno y primavera. 

La fresa es originaria de América y llegó a Corea por primera vez a principios del siglo XX, desde Japón. En el pasado, el cultivo de fresas dependía en gran medida de la especie japonesa, que se cosecha desde finales de enero. Pero cuando el cultivo en invernadero de fresas se volvió común y obtuvieron nuevas variedades nacionales, que se cosechan desde noviembre hasta principios de primavera, las fresas comenzaron a considerarse una fruta de invierno o de primavera. Hoy día, las especies coreanas representan más del 80% del mercado nacional de fresas. 

Las fresas aportan grandes beneficios a la salud. Son muy ricas en vitamina C, que ayuda a mantener los ojos sanos y libres de inflamaciones. Se dice que comer seis fresas diarias equivale a la cantidad de este tipo de vitamina necesaria al día. Además, esta fruta contiene abundantes antocianinas, uno de los antioxidantes que protege los vasos sanguíneos del oxígeno activo e inhibe la formación de coágulos de sangre.  

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Si acaso tienen en casa con más fresas de las que pueden comer, una buena forma de consumirlas es hacer un extracto. Precisamente, hoy compartimos la receta de extracto de fresa, que es muy fácil. 

Los ingredientes necesarios son: un kilo de fresas, 800 gramos de azúcar y un vaso de miel. Primero, lavamos bien las frutas con agua. Para desinfectarlas perfectamente, recomiendo sumergirlas en agua con unas gotas de vinagre durante un minutito. No hay que dejarlas mucho tiempo en remojo para evitar perder la vitamina C. Luego hay que escurrir el líquido y eliminar toda la humedad. Cortamos el tronquito y las hojas, y cortamos las fresas en pequeños trocitos. Ahora, en un bol, ponemos las frutas cortadas, azúcar y miel, y mezclamos bien hasta que el azúcar se disuelva por completo. En un frasco de cristal ponemos la mezcla preparada. Pero recuerden que antes hay que esterilizar el tarro en una olla con agua hirviendo. Lo cerramos para evitar el contacto con el oxígeno y lo dejamos uno o dos días a temperatura ambiente, y luego tres o cuatro días más en el refrigerador. 

Se puede elaborar un delicioso jugo mezclando el agua fría con un poco de extracto de fresa. También les proponemos probar leche de fresas, mezclando leche fría con unas cucharadas de extracto de fresa. Pueden agregar más azúcar o miel si desean un sabor más dulce.