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Aunque suele encontrarse fácilmente en el mercado todo el año, gracias al cultivo de invernadero, el verano es la mejor época en Corea para disfrutar del pepino. 

La historia del cultivo de esta verdura se remonta a muchos años atrás. Se presume que el pepino se cultivaba en India y Nepal desde hace más de 3.000 años, y se introdujo a Corea hace 1.500 años a través de China. Hay muchas variedades de pepino, pero la más común en este país es la que llamamos “baek oi” en coreano, que en general mide unos 20 centímetros, y presenta color verde oscuro en la parte superior y verde pálido o casi blanco desde la mitad hasta abajo. 

Un 95% de la composición del pepino es agua, de ahí que es uno de los alimentos ideales para consumir en verano cuando hace calor. También es rico en potasio que ayuda a eliminar la sal y sustancias nocivas acumuladas en el cuerpo. Contiene además cucurbitacina, una sustancia bioquímica responsable del amargor que, según los estudios, inhibe el crecimiento de las células cancerígenas. Además, el pepino aporta muchas vitaminas, en particular tipo K, que fortalece dientes y huesos, así como tipo C, que refuerza el sistema inmunológico.  

Hay varias formas de comer pepino: al natural, en encurtido, sazonado, etc. En Corea, este alimento también se usa para elaborar el kimchi, llamado “oisobagi”. Además, se sirve muchas veces cortado en tiritas finas como decoración de fideos incluido “naengmyeon”, fideos coreanos de alforfón en caldo frío. 

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La receta que les invitamos a conocer hoy es el pepino sazonado, “oi muchim”, que es una excelente guarnición para acompañar al arroz blanco y un sustito rápido del kimchi. 

Los ingredientes necesarios son: un pepino, media cebolla, una cebolleta verde, dos cucharas de ají rojo molido, dos de sal, una de azúcar, dos de vinagre, una de ajo molido, una de semillas de sésamo y una de aceite de sésamo. 

Primero, lavamos bien las verduras al agua. Cortamos el pepino en diagonal, y la cebolla y la cebolleta verde en juliana. En un bol ponemos el pepino cortado, espolvoreamos uniformemente la sal, y lo dejamos en reposo durante diez minutos. Tras enjuagar el pepino en agua fría, lo apretamos fuertemente con las manos para quitarle la humedad. Ahora, en un bol colocamos el pepino, la cebolla y la cebolleta verde cortados. Luego mezclamos bien los condimentos preparados y… ¡nada más! ¡Ya está listo para servir!