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El protagonista de hoy es una de las frutas cultivadas más antiguas del mundo: el higo. Los higos probablemente comenzaron a cultivarse desde el año 3000 antes de Cristo. Se dice que en el Antiguo Egipto y la Antigua Roma, solían incluirse en la dieta de los gladiadores por ser muy nutritivos, y además, era considerado delicioso por Cleopatra. El higo procede de la antigua Arabia y la costa mediterránea, y dado que es una fruta subtropical, no se cultivaba en Corea hasta hace unas décadas. Pero por la influencia del calentamiento global y el desarrollo del cultivo en invernadero, cada vez hay más huertas en el país que se dedican al cultivo del higo, sobre todo, en la región sureña. La mejor temporada para disfrutar de esta fruta en Corea es entre agosto y noviembre. 

Además de nutrientes, el higo aporta múltiples beneficios para la salud. Es rico en fibra dietética que ayuda a aliviar el estreñimiento, y contiene la ficina, un enzima proteolítica que acelera la digestión, de ahí que se recomiende comer higos al sufrir problemas digestivos. Además, es rico en vitaminas con efectos anti-envejecimiento y antioxidantes. Sobre todo, es efectivo para las mujeres durante la menopausia, pues ayuda a equilibrar las hormonas. Los higos también contienen polifenoles, potasio y esteroles vegetales, que reducen el colesterol en sangre y controlan la presión arterial, eliminando el oxígeno nocivo acumulado en las paredes de los vasos sanguíneos.

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La piel del higo es suave y blanda, y por tanto se puede comer sin pelar. Una de las mejores maneras de disfrutarlo es consumirlo al natural. Pero como se pudre muy rápido y no es fácil conservarlo fresco durante mucho tiempo, es común secarlo o procesarlo, por ejemplo, en forma de mermelada, aderezo o vino. 

A propósito, hoy les invitamos a conocer cómo elaborar mermelada de higo, ya verán que es muy sencillo. Los ingredientes necesarios son: 500 gramos de higos, 250 gramos de azúcar y una cuchara de jugo de limón. 

Primero, lavamos las frutas ligeramente bajo el grifo. Si no les gusta la textura de la piel, pueden quitarla, pero si no, pueden omitir este paso. Ahora cortamos los higos en cuatro trozos. Si desean obtener una mermelada de textura más suave, pueden licuar las frutas en una licuadora. En una olla agregamos los higos cortados o licuados, el azúcar, y lo mezclamos todo bien. Lo ponemos hervir a fuego medio. Cuando llegue al punto de ebullición, bajamos el fuego, añadimos una cuchara de jugo de limón y lo dejamos hervir unos minutos más. 

No hay que olvidar remover con una cuchara de vez en cuando para que no se queme. Cuando la mezcla tenga textura de mermelada, apagamos el fuego y… ¡nada más! Ya pueden disfrutar de una deliciosa mermelada de higo.