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El protagonista de hoy es la calabaza, una hortaliza ampliamente consumida a nivel mundial, tanto por su agradable sabor como por aportar múltiples beneficios para la salud. En Corea, los meses entre octubre y diciembre son justamente la mejor época para disfrutar de este alimento. 

El origen de la calabaza se remonta a la época de las civilizaciones andinas, entre 2500 y principios del año 1500 antes de Cristo. Según registros históricos, los indígenas de América cultivaron esta hortaliza mucho antes que la patata y maíz. En caso de Corea, la calabaza se introdujo por primera vez aproximadamente en los años 1600, durante la dinastía Joseon, y no solo se consumía como alimento, sino que también se usaba en la medicina tradicional.  

Les cuento que la pulpa amarilla de la calabaza es una fuente de múltiples nutrientes, incluidos los carotenoides, que ayudan a ralentizar el envejecimiento y mejorar el funcionamiento del pulmón y de la retina. Esta especie vegetal también es rica en carbohidratos de calidad, una excelente fuente de energía para el cuerpo. Además, contiene muchos nutrientes esenciales como vitaminas A, B y C, y fósforo, calcio, hierro y magnesio. 

Al comprar una calabaza es recomendable elegir una que sea brillante, de color amarillo claro y con una piel dura. La calabaza tiende a pudrirse rápidamente si está húmeda, de ahí la importancia de secarla y cubrirla con un film de plástico antes de guardarla en el refrigerador. 

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Hay múltiples formas de disfrutar de la calabaza, pero hoy les invitamos a conocer la receta de “hobakjuk”, gacha de calabaza al estilo coreano, ideal para disfrutar en otoño cuando comienza a soplar el viento frío. 

Los ingredientes necesarios son: 500 gramos de calabaza, medio vaso de arroz glutinoso en polvo, medio vaso de judías rojas hervidas, cuatro cucharas de azúcar, y media de sal. 

Primero, pelamos la calabaza, quitamos las semillas y cortamos la pulpa en cubos pequeños. En una olla, ponemos los trozos de la calabaza y tres vasos de agua, y lo hervimos a fuego alto durante unos cinco minutos. Luego bajamos el fuego, y lo dejamos hervir unos minutos más hasta que la hortaliza esté cocida. 

Ahora, en una licuadora, echamos la calabaza cocida y la licuamos hasta que quede suave. Volvemos a verter el licuado en la olla, añadimos las judías rojas cocidas y lo ponemos todo a fuego medio. Ahora, en un cuenco mezclamos arroz glutinoso en polvo con un vaso de agua y agregamos la mezcla a la olla. Lo cocemos un rato revolviendo bien todo el tiempo para que no se queme, y por último añadimos azúcar y sal. 

¡Y nada más! Lo servimos en un bol y… ¡a disfrutar de la sabrosa gacha de calabaza!