Desde el 5 hasta el 10 de diciembre, se llevó a cabo la votación presidencial abierta a los coreanos residentes en el extranjero, por primera vez en la historia constitucional de Corea. El sufragio se realizó en los 164 colegios electorales instalados en 110 países del mundo, ante gran expectación del pueblo coreano dentro y fuera del país.
A pesar de la escasa disponibilidad de urnas y las adversas situaciones personales, los votantes coreanos en el exterior, acudieron a las mesas electorales para emitir sus papeletas. Pero la persona que quizá captó más atención, fue Esther Oh de 56 años, resiente permanente en Los Ángeles, EEUU. Esta paciente terminal de cáncer de pulmón, llegó a la mesa electoral -establecida en la sede del Consulado General en esa ciudad- en una silla de ruedas con un tanque de oxígeno, para ejercer su primer y, quizá, último voto para elegir a su presidente, pese a estar lejos de su país natal.
Mientras tanto, la persona de mayor edad entre los coreanos que han participado en la votación fuera del paí, fue un hombre de 109 años con residencia permanente en Paraguay, quien rehusó dar su nombre para identificarse.