“El crecimiento de Bohee, un muchacho introvertido, y Nokyang, su amiga inseparable”

Argumento

Bohee y Nokyang nacieron el mismo día en el mismo hospital. Ahora son amigos inseparadables. Él, Bohee, es un muchacho flaco, tímido y sensible. En cambio, ella, Nokyang, es una adolescente cuya osadía destaca en cualquier lado, si bien hay veces que tal cualidad es motivo de crítica más que de elogio. Lo que hay entre ellos es una amistad fuerte y sincera, pero como siempre andan juntos y son de diferente género, sus compañeros de colegio les consideran pareja.

Bohee vive solo con su madre porque su padre falleció cuando el era un niño en un accidente, mientras que Nokyang vive con su padre y su abuela, pues a su madre nunca le conoció al morir ella en el parto. Sus vidas transcurren sin grandes eventos, sin embargo un día Bohee se entera de que su madre, que es peluquera, está saliendo con uno de los clientes, además de que su padre que creía que había muerto, vive. Entonces, el muchacho decide salir en busca de su padre, con la ayuda de su única amiga, Nokyang.

Comentario

Una de las maneras de ser feliz es pensar que uno no es infeliz. Parece un juego de palabras, pero es así de simple. Pues la felicidad no es gran cosa y se consigue con solo pensar que a uno nada le hace falta ni siente angustias. Es una manera de pensar nada extraordinaria, aunque difícil de mantener en el diario vivir, mientras cualquier pérdida hace que uno se de cuenta de que realmente la felicidad no es gran cosa, así como de que todo depende de la actitud que uno tome. Y de esto habla el largometraje El muchacho y verdesol de la directora An Ju Yeong sobre un adolescente introvertido y lleno de miedos que sale en busca de su padre y su única amiga, valiente y osada, que le apoya en todo. Una película que transmite al público el cálido mensaje de que la felicidad no está lejos y que para llegar a ella solo es necesario no aferrarse tanto a la falta o la pérdida sufrida y enfocarse más en lo que uno tiene, por ejemplo las personas a su alrededor que le aman.

Los niños en cuentos de hadas siempre están en busca de algo. Ese algo, por lo general, es la mamá, el papá o la esperanza disfruzada de pájaro azul. La película El muchacho y verdesol también retrata una búsqueda similar. Así, la historia que cuenta no es especial. Todo lo contrario. Es ordinaria, una del montón. Pese a ello, no es aburrida; mas bien, es inspiradora. Esto es gracias a los personajes tan vivos que lideran la trama, como Nokyang, que ante unas compañeras que se vanaglorian de los viajes al exterior que hicieron les muestra la botella de whisky que su abuela vació en un cerrar y abrir de ojos la noche anterior, y Bohee, que es un chico difícil de encontrar en la realidad por su alta sensibilidad y su carácter cariñoso. Y observando la vida ordinaria de estos personajes, así como el desvío que hacen al conocer una verdad que sacude a Bohee, el film diserta sobre los prejuicios y malentendidos existentes en nuestra sociedad. La realizadora de la película, la directora An Ju Yeong, comenta que en esta obra quiso romper los estereotipos y de hecho, en El muchacho y verdesol, doblega y tuerce a placer todas las situaciones y los personajes que aparecen en la cinta. Por supuesto, estas variaciones no hubieran sido exitosas a no ser por la satisfactoria actuación del elenco, sobre todo de los dos protagonistas adolescentes: An Ji Ho en el papel de Bohee y Kim Ji A en el rol de Nokyang.

El muchacho y verdesol sigue el crecimiento de Bohee, un chico que admira la osadía de Nokyang -que considera una cualidad que él no posee- y no puede decir nada a ese compañero que le acosa. Definitivamente no es de esos adolescentes que el cine ha venido retratando, llenos de energía y con las hormonas desatadas, sino un personaje que queda al margen y pasa desaparecibido. En él se centra la película, particulamente en ese momento en que podría marcar un antes y después en la vida de Bohee, que no es ni valiente ni optimista, sin embargo fija un objetivo e inicia -quizás por primera vez en su vida- una búsqueda por iniciativa propia. Así, esta búsqueda, si bien por fuera es muy concreta para encontrar a su padre que creía muerto, es en realidad la búsqueda de sí mismo. Algo que todos deben realizar aunque sea una vez en la vida para crecer.

Claramente el mayor atractivo de la película El muchacho y verdesol son sus personajes. En cambio, el argumento que presenta es simple. De hecho, el público más familiarizado con ver grandes espectáculos y fuerte acción en la pantalla, puede que perciba el film como aburrido y soso. Sin embargo y aún así, el film es una buena recomendación para un fin de semana en el cine, tanto por cómo confortan la calidez y flexibilidad que Bohee y Nokyang muestran ante los problemas de la vida, como por la dinámica transparente y con cero contaminación entre ellos.

Director: An Ju Yeong

Elenco: An Ji Ho, Kim Ji A

Género: Drama

Duración: 99 minutos 

Año de estreno: 2019

Apto para mayores de 12 años